jueves, 19 de abril de 2012

Ajustes

 

casa 033

Parafraseando al célebre e inolvidable, amigo de las reflexiones insólitas, el Negro Fontanarrosa: “Y ahora podemos decir, sin temor a equivocarnos, que nos hemos equivocado”. Claro que sí, equivocarse es de humanos, por lo tanto ninguno de nosotros escapa a esa regla. No obstante recordemos tener en cuenta el siguiente argumento que nos brinda otra mirada sobre este tema, se trata del margen de error.

Las fallas y yerros, sin dudas nos acompañaran todo el camino, por lo tanto tendremos que armarnos de mucha fuerza de voluntad y de un pertinaz espíritu aguerrido.

Que nunca decaigan las ganas de seguir, de avanzar, de ayudar, de sonreír, ¡¡de vivir!!

domingo, 1 de abril de 2012

Vivir atemorizados

 

 

Años atrás, no tantos como uno podría pensar, los habitantes de las grandes ciudades comenzaron a vivir intranquilos frente a los numerosos robos y asaltos. Fue así como todos empezaron a reclamar por mayor seguridad. Lamentablemente la cuestión no mejoró con el correr del tiempo, al contrario, fue en franco y continuo aumento. La inseguridad se fue trasladando a todos los rincones del planeta.

Actualmente, nadie puede ni debe descuidarse, se impone estar atentos a las marcas y señales que los delincuentes acostumbran  dejar en su dañino accionar.

Muchas veces estamos tan obsesionados con el tema de los hurtos y actos violentos que cometemos algunos disparates, producto de la inexperiencia en estos ingratos avatares. Precisamente eso le ocurrió a unos vecinos con el tristemente célebre aerosol de pimienta.

Deseamos fervientemente que nuestros gobernantes y autoridades en general, puedan bajar cuanto antes, los altos índices de delincuencia de los que somos víctimas los ciudadanos. Es necesario que se tomen medidas para proteger a la gente inocente y evitar que los mal intencionados les hagan miserable la existencia. Porque no es justo que se viva con miedo.

martes, 20 de marzo de 2012

Correspondencia

Clara en LT4 3

Por supuesto que se extraña la comunicación y el rico intercambio que antes era habitual, y ahora no tanto, entre los blogueros y la que suscribe. Situación que en cualquier momento puede modificarse, pero mientras tanto acepten algunas explicaciones, las disculpas correspondientes y algo de contenido atrasado.

Decir que todos andamos apurados no es ninguna novedad. Interesante sería descubrir los motivos que nos conducen a dicho estado de “urgencia permanente” y, lo realmente edificante, encontrar la manera de evitarlo.

Para toda ocasión son permanentemente bienvenidos los consejos saludables, pero lo fundamental es recordarlos en el momento preciso. Con la intención de ilustrar esto último, les diré que cada vez que llega el invierno a estas latitudes, una luz amarilla se enciende en mis recuerdos, y casi escucho la voz de mi bobe (abuela en hebreo) diciendo: “para prevenir enfermedades lo mejor es la sopa de pollo”.

De todas formas, uno siempre trata de estar atento a las señales internas y externas que competen a nuestra existencia, porque creo que nadie desea partir de este mundo antes de la víspera. A propósito de lo dicho anteriormente recuerdo una anécdota en que justamente, estuve a punto de integrar la lista de los “ausentes permanentes”. Sin embargo, luego de aquel trance casi fatal, pude afirmar que, por lo menos en lo que a mí respecta, “el cielo puede esperar”.

Volveré prontamente y aquí nos encontraremos, porque, seamos sinceros, ¡es agradable bloguear!