domingo, 25 de julio de 2010

Lo que se ve…

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Aprovechando que contaba con un poco de tiempo extra, dediqué algunos minutos para revisar el material fotográfico guardado. Así fue como encontré esta imagen, la que ven arriba. La observé con cuidado, y pensé ¿por qué motivos habré estado tan seria y con cara de preocupada en esa ocasión? No lo recuerdo en este momento, pero es increíble como el rostro refleja todo lo que pasa por nuestra mente. Por eso dicen, los que saben, que la cara es el reflejo del alma. Si el alma está inquieta, o afligida o perturbada, mírate al espejo y verás como todo eso, se trasluce en tu mirada, en tus facciones.

De todas maneras, creo que no es bueno, eso de andar con el ceño fruncido por la vida. Si pensamos en positivo, con alegría, esperanza y confianza, aunque tengamos problemas, toda situación complicada tiene a hacerse más llevadera.

Sonreír y mostrar buen ánimo, aún en las adversidades, no es irresponsabilidad o desenfado, sino tener fe de que todo puede solucionarse.

Ahora, mientras voy caminando, me observo cada tanto en alguna vidriera y si tengo cara de amargada, inmediatamente me digo, ¡vamos, a cambiar ya mismo esa mueca triste, por una sonrisa! La vida es un regalo maravilloso, no perdamos tiempo en aflicciones y angustias inútiles. Ya encontraremos solución a los inconvenientes que se nos presentan cotidianamente, pero mientras tanto, ¡¡mostremos una gran sonrisa que nazca bien de adentro y que nos ilumine el derrotero!!

sábado, 17 de julio de 2010

Hablar y callar…

 

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La mayoría de las veces desperdiciamos nuestro precioso tiempo en hablar demasiado y decir casi nada, por este motivo, es necesario que aprendamos a CALLAR para poder HABLAR. Ojo, no es fácil, pero todo es cuestión de proponernos y seguramente, con la convicción de que es para bien, lo conseguiremos.

HABLAR es fácil pero CALLAR requiere prudencia y dominio

HABLAR oportunamente, es acierto.

HABLAR frente al enemigo, es civismo.

HABLAR ante la injusticia, es valentía.

HABLAR para rectificar, es un deber.

HABLAR para defender, es compasión.

HABLAR ante un dolor, es consolar.

HABLAR para ayudar a otros, es caridad.

HABLAR con sinceridad, es rectitud.

HABLAR de sí mismo, es vanidad.

HABLAR restituyéndote fama, es honradez.

HABLAR disipando falsos, es conciencia.

HABLAR de defectos, es lastimar.

HABLAR debiendo callar, es necedad.

HABLAR por hablar, es tontería.

CALLAR cuando acusan, es heroísmo.

CALLAR cuando insultan, es amor.

CALLAR las propias penas, es sacrificio.

CALLAR de sí mismo, es humildad.

CALLAR miserias humanas, es caridad.

CALLAR a tiempo, es prudencia.

CALLAR en el dolor, es penitencia.

CALLAR palabras inútiles, es virtud.

CALLAR cuando te hieren, es santidad.

CALLAR para defender, es nobleza.

CALLAR defectos ajenos, es benevolencia.

CALLAR debiendo hablar, es cobardía.

Debemos aprender primero a CALLAR para poder HABLAR luego, pero siempre con acierto y tino, porque si HABLAR es plata, CALLAR es oro.

Recuerda siempre que tus palabras deben ser más importantes que el silencio que rompes.

sábado, 10 de julio de 2010

Obstinados en triunfar…

 

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En un reportaje que le hiciéramos recientemente a un conocido dibujante y humorista de nuestro medio, para la revista digital MUCHAS GRACIAS TOTAL, le preguntamos por qué algunos estudiantes de la carrera artística se destacaban y otros no. Nos respondió algo realmente sorprendente. Dijo que en los años que llevaba como profesor de la cátedra de dibujo, conoció a muchos alumnos que realizaban trabajos excelentes, increíblemente hermosos, aún mejores que los suyos, pero sin embargo el noventa y cinco por ciento de ellos, no terminaban sus estudios o simplemente acababan en el más profundo anonimato, pese a sus magníficas aptitudes. ¿Cuál fue la razón de tan rotundo y generalizado fracaso? La falta de disciplina y perseverancia.

Esto se repite en los distintos aspectos y niveles de la vida, sin un método, sin una conducta responsable y comprometida, que aporte organización a lo que hacemos, jamás lograremos sobresalir o tener éxito en nuestras actividades.

De poco o nada sirve realizar un trabajo fantástico y luego quedarnos parados durante meses, años, o toda la vida, contemplándolo o recordándolo como algo único que se da tan sólo una vez y nunca más. Se debe avanzar, perfeccionarse, superar los obstáculos que seguramente aparecerán en reiteradas oportunidades. Continuar la marcha aún en esos días en que nada sale como lo esperábamos. De eso se trata, de seguir a pesar de todo.

Los que cumplen sus objetivos, los que llegan a la meta, no siempre son los más brillantes. La historia está repleta de estos ejemplos, en la mayoría de los casos, el premio mayor, lo lleva la tenacidad y la lucha constante.

sábado, 3 de julio de 2010

Oscura providencia…

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Si eligiésemos como tema de una nota, hablar de aquellos que nos gobiernan, dirigen nuestros destinos o el futuro del país al cual pertenecemos, la inmensa mayoría de los lectores coincidiría en algo: no está conforme. Al margen del idioma, de la ubicación geográfica, del estatus social… al margen de todo, coincidiríamos en que, cada vez son más escasos los presidentes que nos guían, dirigen y representan, con honestidad y sabiduría.

Algunos gobernantes disimulan sus errores mejor que otros, pero los resultados no mienten, porque existe mayor desigualdad socio- económica entre los seres humanos, y, como consecuencia, hay más hambre, más pobreza, más injusticias. Existirán honrosas excepciones, pero debo reconocer que no tuve la oportunidad de conocerlas.

El objetivo principal es llegar al poder, y una vez que están allí, que lo consiguieron, lo único que los domina, ocupa y preocupa, son sus intereses personales. Cegados por la ambición, no miden sus acciones y nos van sumergiendo en el caos, la marginalidad y el odio.

Si un ciudadano nigeriano, chino, ruso, griego o iraní, lee hoy este escrito y lo traduce a su idioma, entenderá cabalmente de lo que estamos hablando, porque todos estamos pasando por lo mismo. Creo que esta frase, resume perfectamente lo que trato de decir: “CUANDO LOS QUE GOBIERNAN PIERDEN LA VERGÜENZA; LOS QUE OBEDECEN; PIERDEN EL RESPETO”.