Dicen los libros de psicología, refiriéndose al significado de los sueños que, soñar que subimos al auto que nos pertenece y lo conducimos, es una imagen que tiene mucho que ver con el dominio propio. Manejar el coche es algo así como manejar la vida. Tomar el control, ejercer el poder sobre uno mismo y darle una dirección.
Si analizamos esta información, encontraremos que tiene bastante lógica y sentido, por lo menos esa fue mi experiencia al respecto.
Recuerdo la primera vez que monté una bicicleta y eché a andar, ¡qué sensación única, arrobadora e inolvidable! , me sentía dueña del mundo, y libre, libre para decidir hacia dónde iría. Ustedes, seguramente coincidirán conmigo en que aprender a andar en bicicleta es un conocimiento que jamás se olvida, es muy fuerte.
Si, por el contrario, en el sueño no se encuentra el auto, no aparece en el lugar en que lo dejamos o no quiere arrancar, se debe a que, en la vida real, estamos atravesando por una crisis.
Cuando tenemos dominio propio, somos capaces de controlar nuestras emociones, de elegir lo que queremos sentir, al margen de como se presenten las cosas. Se trata de todo un desafío, sin embargo, si lo conseguimos, el autocontrol nos brinda una sensación muy agradable de estar en paz con uno mismo y se disfruta mucho más y mejor, de la vida.
El secreto tal vez esté en no permitir que las circunstancias adversas y los malos sentimientos nos marquen el rumbo. Sobreponerse a las desilusiones, dejar atrás la ira y avanzar con optimismo. Todo mejora, cuando uno mejora por dentro… el famoso “cristal con que se mira”.
Vamos a ver qué sueño esta noche… luego les cuento.