Cuando cumplí los dieciséis años, pedí a mis padres que me regalaran un equipo completo de tenista. Eso también incluía la raqueta, por supuesto, que no fue una nueva, porque son muy caras y, cuando recién se comienza a practicar, no vale la pena.
La cuestión fue que yo quería ser tenista, pero lo que no sabía, es que ello demandaba tiempo y esfuerzo. Pensaba, que lo fundamental era tenar la ropa y los elementos, el resto era pan comido, ¡cuán equivocada estaba!
Como era socia de un club, tenía un profesor a mi disposición, por lo tanto coordinamos el horario y un lunes temprano allí estuve de punta en blanco, para comenzar mi gran carrera de tenista.
Cuando el profesor observó mi singular arribo, portando remerita, la pollera tableada, las medias y las zapatillas, todo de un blanco impecable, no pudo más que sonreír. Sin embargo me dio la bienvenida y me explicó los primeros ejercicios que debía practicar. Al pasar una hora y media, me acerqué al maestro y le pregunté ¿cuándo practicaríamos en la cancha propiamente dicha y con los otros tenistas?, en ese momento sí se rió con ganas. Entonces, me sentí confundida, y él lo percibió, pero con calma me explicó lo siguiente. Dijo que el tenis, como todo deporte, requiere muchísimo entrenamiento, horas, días, meses y años de práctica incansable y continua. Esto incluía también, renuncias, sacrificios, sudor y lágrimas, para llegar a ser medianamente bueno o destacarse de alguna manera. Quedé pasmada, había recibido una gran lección que me sirvió para toda la vida. Fue un baldazo de agua fría, pero lo entendí perfectamente y hoy se lo agradezco profundamente. Abandoné el tenis, pero me apropié de la valiosa enseñanza.
“El hábito no hace al monje”, dice la conocida frase, y la vida nos recuerda todo el tiempo, que así son las cosas. Si uno quiere ser bueno en algo, pues vaya sabiendo que le costará energía y perseverancia, nada se consigue sin estos ingredientes.
Los buenos resultados no se dan mágicamente, hay que buscarlos con ahínco y bravura.
Cuanto antes lo aceptemos y lo entendamos, mucho mejor.