domingo, 1 de noviembre de 2009

Heridas...








Quiero contarles algo que me pasó hace unos años. Una triste experiencia. Lo hago con el propósito de que lo que me ocurrió, pueda servirle a alguien para evitar un daño parecido o aún mayor.

Hace cinco años decidimos adquirir una gata siamesa, la trajimos de cachorra a nuestra casa. Desde pequeña mostró un carácter bastante agresivo, nos mordió y arañó, a mi esposo y a mí, en varias oportunidades, sin motivos lógicos ni previo aviso. Igualmente nos quedamos con ella. La cuidábamos, mimábamos y tratábamos de minimizar los efectos de sus arranques espontáneos de violencia.

Cuando pasó el tiempo, quedó preñada y tuvo varias crías. A consecuencia de esto, notamos que su conducta mejoró bastante, se puede decir que se suavizó notablemente.

Casi no nos atacó más, hasta que un día, en un episodio que aún no comprendemos en su totalidad, se enfureció increíblemente, arremetió contra mí en forma despiadada, con fiereza. Me causó grandes y profundas heridas, si mi esposo no hubiese intervenido para auxiliarme, apartándola, seguramente habría terminado en alguna sala de emergencias, o tal vez algo peor.

Uno siempre piensa que un animal doméstico, una mascota, no nos podrá producir tanto daño, pero es un gran error pensar de esa manera. Existen ocasiones en que nuestra vida puede correr peligro. Les daré algunos detalles más, acerca de mi experiencia con la siamesa, que quizás les pueda resultar de utilidad, como para prevenir antes que curar.

El dramático suceso ocurrió luego de que la gata tuviera cría. Fuimos regalando los gatitos hasta que sólo quedaron dos. Al pasar un mes, uno de los nuevos dueños, nos devolvió el suyo debido a que no lo podía seguir teniendo en su hogar, por inconvenientes particulares. Lo fui a buscar para traerlo nuevamente junto a su madre y hermanitos. Al acercarlo a la gata, ésta lo desconoció y quiso atacarlo. Era tan chiquito e indefenso, que no pude quedarme al margen de la situación, debía evitar que la propia madre le hiciera daño. Lo tomé en mis brazos, para alejarlo del peligro.

Al levantarlo del piso, la gata se enfureció y me saltó. Me mordió, hundiendo sus colmillos, en varias partes de mis piernas. Mientras yo gritaba y trataba de apartarla, sin soltar al gatito. Volvió a arremeter contra mí, me abrió varios tajos con sus garras y me tiró al suelo. En eso, afortunadamente, llegó mi esposo y con gran esfuerzo, logró sacarla fuera de la casa.

Fuimos al médico, me hicieron las curaciones, me aplicaron una inyección antitetánica, me suministraron analgésicos y antibióticos.

Todavía conservo, en la piel, las cicatrices, pero el daño sicológico fue mayor, nos quedamos con mucho miedo. (CONTINUARÁ MAÑANA)

12 comentarios:

Cantares dijo...

Clara, espero la continuaciòn,màs bien esperamos ambos,Wilson que es mi gato y yo.
Besos. Que tengas un bello domingo

Clara dijo...

Cantares: sí, mañana terminaré la historia.
Te mando besos a ti y a Wilson también.

Abilio Estefanía dijo...

Hola Clara, ¿pero tu estas segura que era una gata o una leona enana?

Vaya tela con la gatita, de todas las formas si hay personas salvajes, pues también los habrá en animales, digo yo.

A ver como termina la historia que estoy en un sin vivir con las heridas que te hizo.

Besos

emilio dijo...

Yo tuve una gatita siamesa "Happy" que murió hace dos meses, nos hizo felices a todos y creo que ella fue tambien feliz.
El caso es que mi cuñada tuvo también otra y la operó para que no tuviera mas el celo. Y la gata pareció volverse poseida, atacaba a toda la familia, mordiendo en tobillos y saltando si podía a la cara.
En el veterinario les comentaron que tal vez pudiese ser por que dicha operación se le hizo ya de bastante adulta, creo que tenia ya 4 o 5 años. La única solución que les dieron fue sacrificarla.
No les dieron mejor solución. Tal vez había algo mejor pero así lo hicieron. Una auténtica pena.

Un saludo desde mis noches.

D.F. dijo...

Normalmente, los animales agresivos no mejoran...espero equivocarme.
Que Fortuna propicie mi error...

Txema dijo...

Caramba Clara, es verdad que a veces los animales reaccionan como no se espera de ellos.

Recuerdo algunos casos terribles (en España) de perros que han atacado a niños y los han dejado mal heridos o incluso muertos.

un saludo (pacífico)

Clara dijo...

Abi: gracias por la actitud tan preocupada que tomaste. Casualmente, siempre digo lo mismo, que así como existen seres humanos complicados y dañinos, también los habrá en el reino animal.




Emilio: tenemos varios puntos en común. También tengo otra gatita siamesa, llamada Gazi que es más buena que Flipper(el delfín)y por otra parte, el veterinario nos había aconsejado sacrificar a la gata agresiva, como le sucedió a tu cuñada. Terminamos regalándola, no pudimos sacrificarla.

Clara dijo...

Temujin: exactamente eso fue lo que dijo el veterinario y aconsejó la eutanasia. Dijo que tenía amplia experiencia en animales agresivos y que podían llegar a causar mucho daño.




Txema: es así. Nosotros, los humanos, solemos pensar que si los tratamos bien, seguramente recibiremos lo mismo, pero no siempre es así. Creo que juega un papel importante la genética y también las hormonas.
Saludos.

Marina Judith Landau dijo...

Qué triste lo que contás, me imagino lo mal que te habrás sentido, sobre todo por el daño emocional.
Yo siempre he tenido mascotas muy mimosas. Una vez, hace mucho adopté una gatita muy huraña y temerosa, que a veces amagaba con atacar, pero de miedo que tenía, nada más. Con el tiempo se volvió mansa y cariñosa.
Creo que hay animalitos más salvajes que otros. Los siameses tienen fama de ser difíciles, aunque conozco algunos que son un dulce de leche...
Unos amigos tenían un perro doberman, adiestrado para atacar, llamado Danger, de sólo verlo metía miedo... pero yo lo tenía a upa y le metía la mano en la boca y a mí nunca me hizo nada de nada.
No me parece solución asesinarlos. Eutanasia es otra cosa.
Si me pasase a mí, creo que probaría primero otras opciones, flores de bach, homeopatía, o lo que fuera. Y si el miedo no me lo permitiese, seguramente buscaría un lugar donde pudieran tener al animalito, a veces llevarlo al campo puede ser una solución.Creo que vos hiciste lo mejor que se podría haber hecho en este caso.
Y sé muy bien que no es fácil, sé muy bien que dará mucha culpa y mucha tristeza. A veces las cosas no se pueden manejar, y es muy doloroso, tal vez haya que aceptar que no se puede estar con un animalito cuando su caracter no lo permite, porque es peligroso...
Triste, muy triste.
Evidentemente la gata no reconoció a su cría (nunca los reconocen cuando se los han llevado un tiempo) y te atacó a vos porque lo defendiste. Yo hubiese hecho lo mismo que vos, seguramente.
Espero la segunda parte de la historia.
Te dejo un abrazo grandote, y muchos mimos a la dulce Gaza.

Clara dijo...

Dondelohabredejado: imposible no lagrimear leyendo lo que escribiste... me trae muchos recuerdos.
Gracias.

Ariel dijo...

Hola, creo que hay muchos animales locos malos, muchos menos que gente de todos modos, pero por otro lado actuamos según nuestra concepción del asunto decidimos que hacer con su libertad, sexualidad, con sus hijitos y no sabemos que les sucede con todo esto...
Para pensar
Saludos

Clara dijo...

Ariel: sí, creo que tienes razón, deberíamos repensar el tema. También llegué a esa conclusión, es muy probable que no estemos manejando bien las cosas... no siempre todo es como uno se lo imagina, la naturaleza tiene su propio ritmo.
¡Gracias por visitarme!