domingo, 28 de junio de 2009

Creer es poder

Estuve mirando un video corto, de un tipo fenomenal, que hace sombras chinescas increíbles con las manos. Presentó sus habilidades en los renombrados Premios Helpmann, haciéndose internacionalmente famoso por el magnífico y original espectáculo que llevó a cabo. Vive de este arte, y por lo que se puede apreciar, le va muy bien.

Me puse a pensar en cómo se habrá dado cuenta que era bueno para eso, para crear figuras con las manos… tal vez, todo empezó como un juego. Tampoco creo que de buenas a primeras, le salieron rápidas y perfectas las imágenes, me imagino que lo habrá intentado y practicado, más de mil veces.

No habrá faltado algún observador comedido que opinó sobre esta habilidad, menospreciándola, quizás diciéndole que no iría a ninguna parte con esa estupidez, que más bien se dedicase a algo que valiera la pena. Pero estoy segura que alguien lo habrá alentado a seguir, a perfeccionarse, a tenerse fe, diciéndole que era bueno, que podía ser aun mejor, que lo intentara, que nada perdería y podría ganar mucho… menos mal que la balanza se inclinó para este último.

Aquí llamamos “pinchar el globo”, cuando, con el alfiler de algún comentario agudo y mal intencionado, alguna persona rompe las ilusiones, tira las esperanzas por el piso y logra así “desinflarte”. Muchos inclusive, llegan a decirte que lo hacen de puro sinceros y directos… “por tu bien”.

Afortunadamente siempre aparece un alma que es noble, casi ángel, y te insufla aire nuevamente, te levanta el ánimo y te devuelve la fe en ti mismo. Al final de cuentas, de eso se trata todo, de creer que uno es capaz… creer es poder.

Les dejo el video que les comenté, para que lo disfruten.



sábado, 20 de junio de 2009

Ser solidario


SOLIDARIDAD: Adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros.

La calma y paz de la madrugada se vieron interrumpidas por el estruendo producido por un gran camión cuyo conductor intentaba introducirlo, en un pequeño portón, marcha atrás.

No fue fácil, intentó por lo menos diez veces antes de embocar la parte posterior del acoplado en la abertura del depósito. Todas las maniobras estuvieron acompañadas por gritos de los ayudantes del chofer que intentaban, de esa manera, guiarlo hasta el portón.

Imagínense ustedes, cuatro de la mañana, ruidos de motor de camión yendo y viniendo, bufidos estruendosos de los frenos al ser accionados, comunicación a gritos entre el conductor del camión y sus colaboradores, una bochinchera sinfonía que rompió el silencio de la noche despertando a todos los vecinos.

En el medio del fragor del procedimiento, se escuchó la voz de uno de los habitantes del barrio que, hastiado de tanto barullo, lanzó al aire exclamaciones de protesta por haber sido despertado a esa hora.

Después reinó el silencio y la quietud.

Por la mañana, cuando íbamos a trabajar, detuvimos nuestro vehículo en la casa de la esquina y bajamos a preguntarle al vecino qué fue lo que ocurrió durante la noche porque los ruidos y voces se escucharon desde nuestra casa, distante unos 100 metros.

Nos relató los hechos y nos comentó que fuimos los únicos habitantes del barrio que nos dignamos a investigar sobre lo acontecido, que estaba muy dolido por la falta total de solidaridad del resto del vecindario.

Después de hablar con él, y ponernos a su disposición para lo que fuese necesario, seguimos nuestra marcha. Recordamos que en varias oportunidades en que realmente esperábamos nosotros el apoyo solidario de quienes viven cerca de casa, él, que ahora reclamaba atención por parte de sus prójimos, se había hecho el desentendido aludiendo a que lo que nos afectaba a nosotros a él no le correspondía solucionar.

No obstante sus mezquinos antecedentes, estamos dispuestos a ayudarlo en lo que podamos, porque entendemos que de esa forma seguramente se dará cuenta que no estamos solos en el mundo, que así como hay otros que necesitan de nuestra solidaridad, en algún momento nosotros necesitaremos de la de ellos.

Siempre hay que estar dispuesto a colaborar con otras personas, no esperando la reciprocidad, sino por una actitud de respeto y consideración.

sábado, 13 de junio de 2009

Limosnas


Díganme, ¿acostumbran regalar monedas a los chicos que piden limosna en los semáforos?, ¿o a los que pasan agua jabonosa semi-sucia en los parabrisas? Casualmente, ¿alguna vez se preguntaron a dónde van a parar esas monedas?
Les relataré mi experiencia. Descubrí que, en el “mejor de los casos”, esos niños que piden, lo hacen para sus padres. Estos los obligan a mendigar, los golpean y llegan a lastimarlos porque sirve para que ofrezcan un cuadro “más lamentable”, los visten con harapos para el espectáculo y luego, con lo recaudado, se emborrachan y drogan.
En otros casos, esos niños, están bajo la “protección” de adolescentes que abusan sexualmente de ellos, sean nenas o varones, entre otros malos tratos, se quedan con la mayor parte del dinero recaudado y con lo restante les compran pegamentos, para inhalar, y cerveza. El mal trato es la constante en todos los casos.
Si analizan un momento, se darán cuenta que dar limosna, de esta manera, no sólo es contraproducente sino que además, en cierta forma, seria como colaborar con la explotación de los menores y fomentar esa actividad tan lamentable.
El dinero que entregan no ayuda a esos niños: LOS CONDENA.
Los condena, repito, a seguir indefinidamente esa cadena de abusos y castigos.
Si de verdad desean ayudar, por favor no den limosnas, ayuden a los grupos, serios y organizados, que trabajan y se ocupan de rescatar y recuperar a los chicos de la calle. Allí sí ofrezcan sus colaboraciones. A eso se le llama “dar con responsabilidad”.
No fomentemos, con algunas actitudes cómodas y despreocupadas, el abuso infantil. No seamos cómplices.

domingo, 7 de junio de 2009

Club… ¿de servicio?

4__1238604868_1479

 

Les voy a contar una historia, no un simple relato de vampiros, aparecidos (fantasmas) o brujas, sino una verdadera historia de terror.

Aquí, en la ciudad donde vivo, existe una filial perteneciente a una organización reconocida mundialmente. Es una entidad de beneficencia.

Este grupo organiza diferentes eventos, generalmente comidas de “alto vuelo”, accesibles únicamente para personas de elevado poder adquisitivo, donde el precio del cubierto alcanza un precio increíble. Pero cumple acabadamente con la doble función de: permitir a una minoría privilegiada pavonearse y mostrar a quien quiera ver cuan ricos y famosos son y además recaudar dinero para “caridad”.

Lo último que hicieron fue adquirir un aparato muy sofisticado para un conocido Centro de Salud. Esta semana nos enteramos que hace tres meses dicho equipo está arrumbado en un rincón juntando polvo. Nunca pudo ser utilizado, porque no existe personal idóneo para hacerlo funcionar.

Conclusión: El “grupo caritativo” jamás se interiorizó de las verdaderas necesidades de la gente a la que pretendía ayudar. Tampoco hicieron un necesario relevamiento del real estado de la relación hombre-máquina. Simplemente juntaron mucho dinero y otorgaron una limosna, para quedar bien ante las cámaras y sus “conciencias sociales”.

Este tipo de “caridad” no sirve para nada, es plata tirada. Es una verdadera historia de terror.

Lo más triste es que esto sucede continuamente, y no sólo aquí sino en todo el mundo.