Parafraseando al célebre e inolvidable, amigo de las reflexiones insólitas, el Negro Fontanarrosa: “Y ahora podemos decir, sin temor a equivocarnos, que nos hemos equivocado”. Claro que sí, equivocarse es de humanos, por lo tanto ninguno de nosotros escapa a esa regla. No obstante recordemos tener en cuenta el siguiente argumento que nos brinda otra mirada sobre este tema, se trata del margen de error.
Las fallas y yerros, sin dudas nos acompañaran todo el camino, por lo tanto tendremos que armarnos de mucha fuerza de voluntad y de un pertinaz espíritu aguerrido.
Que nunca decaigan las ganas de seguir, de avanzar, de ayudar, de sonreír, ¡¡de vivir!!