sábado, 27 de febrero de 2010

El humor, ingrediente infalible…

El humor siempre fue, es y será, una permanente compañía en mi vida y la de mi esposo, eso es claramente evidente. Para ilustrar lo que les digo, les relataré brevemente la génesis de nuestro apreciado folleto de chistes que lleva el título de: “Muchas gracias, humor serio”.

Todo comenzó en el mes de Agosto del año 2003. La idea original fue de Pepe Curti, mi esposo, y en un principio lo tomamos más como un hobby, y no como una fuente de trabajo e interesantes ingresos.

FOLLETO PARA BLOG2

La edición consta de cuatro carillas, contiene chistes de texto, gráficos y avisos publicitarios.

Desde el primer número que salió a la calle, nunca dejó de sorprendernos la creciente acogida que esta sencilla “revistita de chistes”, como muchos la llaman, tuvo entre el público en general. Gusta por igual, tanto a pequeños como a adultos y ancianos.

A la hora de recopilar el material que llenará los espacios del folleto, son varios los detalles que tenemos en cuenta: cuidamos que el contenido no sea ofensivo ni de mal gusto para nadie, prestamos mucha atención a la ortografía y prolijidad. En resumen, respetamos al lector y tratamos de que pase un buen momento con nuestro producto.

Cada quince días, hace siete años, sin pausa, ni faltas, nuestro folleto es repartido por la ciudad, para alegría y sano esparcimiento de conocidos, desconocidos, amigos, clientes y amantes del humor en general.

Hoy podemos decir, con total certeza, que fue una buena idea, porque nos sigue dando muchas satisfacciones.

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domingo, 21 de febrero de 2010

Hablando…conmigo…

Cuando nos descubrimos hablando a solas, en nuestra casa o quizás, y esto es un poco más inquietante, andando por la calle, generalmente nos asustamos. Claro, porque lo más común es que pensemos que nos estamos volviendo locos. En realidad, como acostumbra a decir mi esposo, Pepe: “Todos derrapamos a menudo”. Esto no quiere decir que tengamos que ir solicitando un lugarcito en el pabellón de los “Menos peligrosos” del Hospital Psiquiátrico de la zona, de ninguna manera.

LA CHUQUITA 012

Para tranquilidad de todos, incluso la mía, les diré que, según los psiquiatras, exteriorizar lo que estamos pensando es una actividad mental muy común en los seres humanos.

Se trata de una manera de pensar en voz alta o como un mecanismo de defensa, que sirve para enfrentar la soledad. No es un trastorno mental, salvo que esté acompañado de otras manifestaciones, como ser comportamientos extraños, incoherentes, o mecimiento del cuerpo. También debe causar preocupación, si además se escuchan voces y se tiene la necesidad de contestar a las mismas o si se transforma en una conducta “iterativa”. Iterativo significa que se repite constantemente, con mucha frecuencia.

LA CHUQUITA 014

Por lo tanto, si usted es de los que, mientras realiza alguna actividad, de pronto comienza a divagar y se sorprende discutiendo, riéndose o conversando consigo mismo, no se alarme, no es para tanto. Somos muchos los que, cada tanto, desarrollamos un interesante soliloquio con nosotros mismos. Eso sí, mejor si no lo hace en público, pues difícilmente pueda convencer a sus “espectadores ocasionales” de que usted no acaba de escaparse del centro de salud mental… se los digo por experiencia.

domingo, 14 de febrero de 2010

En extremo difíciles…

 

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Hoy quiero que hablemos de las palabras difíciles, esas que más nos cuestan pronunciar.

Necesitaremos escarbar en nuestro interior, pues se trata de una labor mental y analítica.

El único riesgo es que nos conozcamos mejor ¿Me acompañan en esta aventura?

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domingo, 7 de febrero de 2010

Pederastia


Cuando una pareja se pelea en la calle, o cuando un patrón maltrata al empleado, o dos hombres se toman a las trompadas, uno duda si se mete o no. Son pocas las personas que, sin pensar, intervienen de alguna manera. Generalmente la gente no quiere pasar por metida o inmiscuirse en asuntos ajenos y de índole desconocida. El tema es controversial, se presta a debate. Sin embargo, existe una cuestión que no admite la mínima duda, ni discusión, y es cuando en el conflicto, interviene un niño.

Los menores no pueden defenderse por sí mismos, somos los mayores los que tenemos la responsabilidad, el deber cívico y moral, de velar por la integridad de los mismos. Por lo tanto, si vemos a un adulto maltratar, de cualquier forma o modo, a un pequeño, tenemos la obligación de actuar y detener esa insana actitud.

No podemos mantenernos al margen. Debemos colaborar de alguna manera, para frenar todo tipo de abuso infantil. Abramos los ojos, prestemos atención, y si vemos “algo raro”, hagamos algo al respecto. Denunciemos, hablemos con otras personas sobre ello, o por lo menos, pasemos el dato a algún individuo que esté capacitado para actuar en esos casos o se anime a hacerlo. Cualquier paso que demos, será siempre mejor que quedarnos de brazos cruzados y con un tremendo cargo de conciencia.

¡Actuemos!, hagámoslo por los inocentes que no tienen voz y también por nosotros mismos. Que Dios nos ayude, porque no es un tema sencillo y nunca se podrá hacer lo suficiente. Que Dios nos ayude…

Gracias a Senovilla y a Marcelino Madrigal, que no se quedaron al margen de esta problemática.