domingo, 27 de diciembre de 2009

No tan bueno...



Últimamente veo circular por las calles, cada vez con mayor frecuencia, automóviles que llevan inscripciones religiosas del tipo: “Cristo 100%”, “Yo sigo a Jesús, ¿y vos?” y otras similares, puestas en el parabrisas posterior.

No tengo nada en contra de las leyendas de este tipo, al contrario, las prefiero a otras que son claramente agresivas, ofensivas y de mal gusto. Sin embargo, ocurre algo muy curioso.

Creo que todos los que leemos estas frases, estos carteles de santidad, automáticamente, observamos al conductor del móvil que las exhibe y casi inconscientemente esperamos que el individuo en cuestión, maneje de forma “santa”, “cristiana”, o por lo menos educada y considerada. Uno espera que sean especiales, mejores, distintos al resto de los conductores, o que se destaquen por sus buenas maneras, por el sólo hecho de llevar propaganda cristiana.

La experiencia, nos muestra una realidad tan distinta, que llega a ser chocante. Existe un notable contraste de sentidos. El mensaje que queda flotando no es tan beatífico, es algo así como: Yo sigo a Cristo, pero sal de mi camino, de lo contrario, te llevaré puesto, viejo”, o “Soy cristiano e intolerante, así que no me busques, porque me vas a encontrar”.

Lo que quiero decir, es que la conducta de los que nos muestran estos enunciados tan piadosos, es totalmente opuesta a los principios de los que hacen alarde. Esto despista a cualquiera, por el contrasentido, “Mira lo que digo, pero no lo que hago”.

Todo esto me lleva a pensar que algunas personas ponen en sus autos estos carteles, sólo llevados por un impulso, no se trata de algo que nace de una profunda convicción, como debiera ser.

Me causa pena que se den así las cosas. Ojalá los seres humanos fuéramos más consecuentes y de paso, más nobles… como decía mi tía: “Para pedir, hay que pedir bien”.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Acto de apertura...





En este sencillo, pero emotivo acto, los invito a que conozcan la página que acabamos de inaugurar con mi esposo. Se trata de una Revista Digital, su nombre es Muchas Gracias Total.

Estamos estrenándonos en el tema, por lo tanto, aún faltan los valiosos detalles que brinda la experiencia. No obstante, tratamos de compensar esta falta con una abundancia de trabajo creativo y entusiasmo. Prometemos mejorar.

Si lo desean, pueden colaborar con datos, notas, imágenes, saludos, en fin las puertas de nuestra revista, están TOTALMENTE abiertas para ustedes. A tal efecto deberán entrar al lugar donde dice CONTACTOS o al que dice COLABORACIONES.

Gracias desde ya… ¡¡Muchas Gracias Total!!

domingo, 13 de diciembre de 2009

Nunca digas nunca





“El que no cree en la magia nunca la encontrará”.

¿Aún estamos vivos?, entonces todavía quedan posibilidades y probabilidades de lograr aquello que siempre soñamos… figurar en el Libro Guinness de récords mundiales, ganar la lotería o, inclusive, algo tan prestigioso e importante como obtener un Premio Nobel, ¿por qué no? Todo esto y mucho más puede ocurrirnos, no seamos tan escépticos.

Es necesario creer, creerse, tener fe en Dios y en uno mismo.

El único requisito indispensable es estar vivos. Luego existen otros ingredientes que predisponen, facilitan las cosas, son las llaves, los “abrecaminos” o, como dicen los brasileños, los “destranca rua”. A saber: la esperanza, las ganas, la voluntad, el tesón y la constancia, todos ellos hacen que uno continúe en la lucha, que no abandone. Que, aunque se presenten caídas o tropiezos, uno se vuelva a levantar y a emprender la marcha con más bríos que antes.

Jamás digas que todo terminó, que ya no puedes más, que estás cansado de intentarlo. Vamos, no bajes los brazos, la sangre aún sigue corriendo por tus venas, tu corazón sigue palpitando… ¡¡vamos, continúa peleando!! , cálzate los guantes, sube al ring nuevamente, no podrán acabar contigo tan fácilmente, no. Porque eres obstinado, te resistes al fracaso, a tirar la toalla, a darte por vencido. Eres de los que NUNCA abandonan, que, en definitiva, son los que SIEMPRE ganan.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Por amor...



Dice así, en parte, la letra de un conocido tema musical:

NOSOTROS

QUE NOS QUEREMOS TANTO

DEBEMOS SEPARARNOS

NO ME PREGUNTES MÁS

NO ES FALTA DE CARIÑO

TE QUIERO CON EL ALMA

TE JURO QUE TE ADORO

Y EN NOMBRE DE ESTE AMOR

Y POR TU BIEN TE DIGO ADIÓS

Me pregunto y les pregunto a ustedes también, ¿realmente, existirán personas que pasan por situaciones como ésta, y que por amor renuncian al amor?

Nunca supe de algún ser humano que lo haya hecho en la vida real. Claro que no se trata de una información que uno quiera difundir. Si alguien está atravesando por una experiencia tan personal, íntima y dolorosa, es totalmente entendible que no la grite a los cuatro vientos, ni la quiera compartir con cualquiera. Dudo, inclusive, que lo divulguen entre sus amigos más cercanos.

Lo más probable, es que lo conserve bien guardado al secreto en su alma, o a lo sumo, lo vuelque en un poema o canción, como lo hizo el autor del bolero NOSOTROS.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Maltratados...




Seguramente el amigo Abi dirá, “Nuevamente Clara me hará pensar en cosas poco agradables este fin de semana”, pero cuando uno tiene la urgencia moral de tratar ciertos temas, no queda otra salida.

Ayer estuve conversando con una señorita, encargada del cuidado y atención de una veterinaria de la ciudad. Llamaron mi atención unos carteles que se encontraban a la vista de todos, en varios lugares del salón y sobre todo, cerca de los animalitos en exposición. Decían lo siguiente: NO TOCAR A LOS ANIMALES.

En el lugar, había cubículos con perritos, gatitos, jaulas de diversos pájaros, hámsters, peceras con peces de vistosos colores, en fin, gran variedad de mascotas.

Le pregunté por qué tanta insistencia en no acercarse demasiado, ni tocar a los bichitos, ya que me pareció un tanto exagerada tanta advertencia. La dama me contestó que los niños, últimamente, estaban más agresivos que de costumbre. Ella agregó que antes, el maltrato hacia los animales expuestos e indefensos, por parte de los pequeños, era aislado, pero cada vez se dan casos con más frecuencia y más virulentos. Y yo que llegué a pensar que el objetivo de los carteles era proteger a los infantes…

Me comentó además que cuando entraban padres e hijos, generalmente se daban las situaciones más complicadas e ingratas, ¿increíble, no? Se debía a que los mayores no reparaban en el daño que sus críos ocasionaban, es más, los apañaban y “cubrían”, incluso una vez pasó que le rompieron la patita a un cachorro.

Ya sé que es doloroso e indignante tocar estos temas, pero sentí que estaba obligada a hacerlo, por temor a lo que nos deparará si continuamos soportando y esquivando estos actos tan aberrantes. Tal vez entre todos, podamos poner un granito de arena, para crear otra conciencia en los adultos, que en definitiva son los verdaderos responsables. Una vez más, respetemos y cuidemos a la naturaleza y a la vida en general, por nosotros y por los que vendrán.

Saludando a mis amigos...



domingo, 22 de noviembre de 2009

Puedes hablar conmigo...





Escuchar es prestar atención a lo que se oye.

Algunas personas nacen con la valiosa aptitud de prestar real atención cuando otros le hablan. Otras, la aprenden a lo largo de la vida y también están las que nunca la practican, por falta de interés o quizás porque no terminan de descubrir la gran importancia que tiene.

Cuando voy a un lugar donde hay niños, siempre paso por la misma experiencia, al cabo de un rato, éstos buscan estar a mi lado. Lo sorprendente es que no acostumbro a hacer payasadas, ni piruetas, ni juego sus juegos, ni les hago ningún tipo de “fiesta”. Entonces, ¿por qué les encanta estar cerca de mí?, simplemente porque los escucho, porque los trato como a personas y no como a seres infradotados.

Un pequeño se acerca y me dice:

-¿Viste esa hoja?

-¿Cuál?, le respondo.

-Esa que está allá.

-Ah, sí, la veo, y ¿qué pasa con ella?

-Es rara.

-¿Te parece rara, por qué?

-Por la forma.

-Es cierto, (la tomo en mis manos), no es una hoja muy común, quizás sea de un árbol que habrán traido de otro país. Es linda, ¿no te interesa llevarla y guardarla?

-Sí, la juntaré con mis otras “cosas raras”.

Después, con el precioso objeto en la mano, se arrima a otra persona y le dice:

-¡Mira lo que encontré!

La mujer en cuestión, “ve sin mirar” la mano infantil, y dice.

-Deja de jugar con cosas sucias y ve a lavarte las manos. Tira eso.

La criatura busca mi mirada, por un momento “sufrimos la experiencia” en total empatía, y luego sonreímos. Él guarda la hoja en el bolsillo y se va a jugar con los otros amiguitos del lugar.

Luego ese muchachito, me observará con una mirada particular, como si yo lo entendiese, como si hablara su mismo idioma y tratará de volver a “conversar” conmigo.

Eso me ocurre siempre y no es algo que busque o persiga, simplemente se da.

Creo que si hacemos un poco de memoria, todos recordaremos nuestra experiencia al respecto cuando nos tocó ser niños también. Nos molestaba que nadie nos tomase en serio y eso que teníamos cosas tan importantes para decir, ¿lo recuerdan? Afortunadamente, cada tanto, aparecían personas que realmente nos daban su atención, ¡cómo lo disfrutábamos!, al fin alguien con quien “hablar de verdad”, de humano a humano.

Conservo en mi mente los rostros de esos seres, porque uno nunca los olvida.

Escuchar es un don precioso, cultivémoslo y derrochémoslo con todo el mundo, es algo hermoso e inolvidable “comunicarse de verdad” con los demás.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Desmayadas...



En esta parte del mundo, nos hallamos gozando de la estación más bonita del año, la primavera. Muy pronto llegará el verano… la estación preferida de las cucarachas.

Se imaginarán que en los supermercados uno de los productos más adquiridos, ¿cuál es?, pues sí, el insecticida. Todo el mundo adquiere algún veneno de la gran variedad expuesta en las góndolas, para así combatir y eliminar a este insecto rastrero, tan repugnante y dañino.

Año tras año surgen nuevas marcas, con renovadas y rimbombantes promesas de exterminar las sabandijas para siempre. “¡Gran poder concentrado!; Plus; Extrafuertes, Elevado efecto residual”, y otros pintorescos argumentos son empleados con marcada insistencia. Hacia allí corremos los inocentes compradores, a adquirir cuanto antes esos mágicos productos, con total entrega y confianza.

Con la esperanza de que abramos los ojos y nos demos cuenta de que, tanto algunos fabricantes, como así también comerciantes, se han vuelto peligrosamente inescrupulosos en sus actitudes hacia nosotros, los consumidores, les contaré la experiencia de Claudio, un amigo.

Él, siempre usaba una marca reconocida mundialmente de venenos en aerosol para cucarachas y luego comentaba que cada vez aparecían más ejemplares de estos insectos. Estamos hablando de uno de los insecticidas más caros y que más propaganda hace en todos los medios de comunicación. Para más datos, ya que su nombre no puedo decir, les diré que el envase es de color verde y rojo.

Cierta vez le recomendaron que dejara de utilizar ese veneno, pues no mataba sino que sólo atontaba a sus víctimas. Mi amigo, para comprobar si esto era cierto, realizó la siguiente prueba.

Una cálida noche, tomó un tubo del aerosol en cuestión y lo roció completamente en un pequeño galpón donde guardaba mercaderías cerradas. Como resultado de la operación, aparecieron casi cien bichos supuestamente muertos, los contó y los colocó en una caja destapada.

A la mañana siguiente, ni bien se despertó, fue inmediatamente al galpón y se encontró con la caja semivacía… ¡sólo quedaban siete ejemplares! ¿Dónde estaba el resto? Les diré, se despabilaron, tomaron sus petates y salieron campantes de la caja.

Era verdadera la historia que le contaron, ese veneno no mataba, sólo DESMAYABA a las cucarachas y, seguramente, lo sigue haciendo.

Por supuesto, Claudio dejó de comprar ese producto. Me pregunto, y les pregunto a ustedes, las otras marcas “reconocidas y famosas”, ¿tendrán la misma “efectividad”? Los organismos encargados de controlar la calidad de los productos, ¿están al tanto de esto?

Estas cosas me ponen mal, porque me hacen pensar que hasta tal punto ha llegado la corrupción de algunos seres humanos, que ya no se puede confiar o creer ciegamente en nada. Manipular de tal manera una cosa para que parezca algo que no es, es casi criminal.

Espero que no estén haciendo esto mismo con los medicamentos…

domingo, 8 de noviembre de 2009

Conocer y Reconocer...




¡Hoy descubrí que me gusta un nuevo género musical!, el bossa nova. En realidad y para ser más precisa, es nuevo para mí, pues hace muchísimo tiempo que existe y alegra la vida de innumerables personas que disfrutan de este ritmo rico y contagioso.

Les aclaro, y aquí va lo sorprendente de la cuestión, que en innumerables ocasiones, escuché este estilo musical de origen brasileño, pero HOY lo encontré nuevo, fresco y sumamente atractivo… como si acabara de descubrirlo. ¿Les ha pasado esto alguna vez?, seguramente sí.

En una época de nuestra vida, cuando éramos pequeños, a cada paso descubríamos cosas nuevas y transitábamos por esta vida, saltando de sorpresa en sorpresa, todo llamaba nuestra atención, todo nos despertaba admiración. Al pasar el tiempo, esta característica se va apagando un poco, sólo de vez en cuando y para gran beneplácito, irrumpen algunos destellos de otrora fuente de luz. Esto, hablando de la mayoría de las personas, por supuesto que existen excepciones.

La emoción que se experimenta al encontrarse con algo que estaba oculto o era desconocido por distintas razones, es única. No deberíamos perder jamás esa particularidad, la de alcanzar a ver algo nuevo en todo lo que rodea nuestra existencia.

Últimamente, ¿descubrieron algo que no sabían que existiera o desconocieran que podía atraerlos de alguna manera?... ¿se animan a contarlo?

lunes, 2 de noviembre de 2009

Heridas...(Parte II)



El veterinario nos recomendó que alejásemos a ese felino de nuestras vidas. Al tener un carácter tan agresivo, lo más probable era que volviera a atacarnos sin previo aviso y ante circunstancias absolutamente desconocidas por nosotros.

Aunque nos habíamos encariñado con ella, con gran dolor y angustia, la sacamos de nuestro hogar para siempre. Fue lo más prudente, pero nos costó muchas lágrimas y no obstante el daño que nos causó, aún hoy la extrañamos muchísimo.

Lo que deseo recalcarles son dos detalles que aprendimos.

Uno: existen especies animales que ya vienen con cierta carga genética de agresividad, según el veterinario, eso difícilmente se modifique. En la mayoría de los casos va en aumento inclusive y sólo hace falta un detonante, para que exterioricen esa conducta perniciosa.

Dos: en algunas ocasiones me enteré por distintos medios de comunicación, que un perro o tigre, u otro animal, atacaba gravemente a su dueño, incluso hasta causarle la muerte. En ese momento yo hacía el siguiente análisis, era muy probable que el amo o cuidador, por su parte los hubiera maltratado o torturado de alguna manera, y que los animales sólo se estaban vengando o devolviendo “las gentilezas” recibidas. Estaba equivocada, no siempre es así. En nuestro caso, les aseguro que siempre tratamos a las mascotas con afecto, respeto y cuidado.

El veterinario, para explicar más las cosas, nos informó que algunas especies ya venían a este mundo con un mal genio y que si uno lo notaba, lo recomendable era hacer algo al respecto, cortar de entrada esa mala conducta, antes que sucediese algo más grave.

Todo esto lo aprendimos con gran dolor, por eso lo comparto con ustedes, para que no les pase lo mismo.

Les sugiero que tengan cuidado. Recuerden siempre, que los animales no tienen las mismas reacciones y actitudes de los seres humanos, y que no todos son iguales, aunque sean de la misma raza.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Heridas...








Quiero contarles algo que me pasó hace unos años. Una triste experiencia. Lo hago con el propósito de que lo que me ocurrió, pueda servirle a alguien para evitar un daño parecido o aún mayor.

Hace cinco años decidimos adquirir una gata siamesa, la trajimos de cachorra a nuestra casa. Desde pequeña mostró un carácter bastante agresivo, nos mordió y arañó, a mi esposo y a mí, en varias oportunidades, sin motivos lógicos ni previo aviso. Igualmente nos quedamos con ella. La cuidábamos, mimábamos y tratábamos de minimizar los efectos de sus arranques espontáneos de violencia.

Cuando pasó el tiempo, quedó preñada y tuvo varias crías. A consecuencia de esto, notamos que su conducta mejoró bastante, se puede decir que se suavizó notablemente.

Casi no nos atacó más, hasta que un día, en un episodio que aún no comprendemos en su totalidad, se enfureció increíblemente, arremetió contra mí en forma despiadada, con fiereza. Me causó grandes y profundas heridas, si mi esposo no hubiese intervenido para auxiliarme, apartándola, seguramente habría terminado en alguna sala de emergencias, o tal vez algo peor.

Uno siempre piensa que un animal doméstico, una mascota, no nos podrá producir tanto daño, pero es un gran error pensar de esa manera. Existen ocasiones en que nuestra vida puede correr peligro. Les daré algunos detalles más, acerca de mi experiencia con la siamesa, que quizás les pueda resultar de utilidad, como para prevenir antes que curar.

El dramático suceso ocurrió luego de que la gata tuviera cría. Fuimos regalando los gatitos hasta que sólo quedaron dos. Al pasar un mes, uno de los nuevos dueños, nos devolvió el suyo debido a que no lo podía seguir teniendo en su hogar, por inconvenientes particulares. Lo fui a buscar para traerlo nuevamente junto a su madre y hermanitos. Al acercarlo a la gata, ésta lo desconoció y quiso atacarlo. Era tan chiquito e indefenso, que no pude quedarme al margen de la situación, debía evitar que la propia madre le hiciera daño. Lo tomé en mis brazos, para alejarlo del peligro.

Al levantarlo del piso, la gata se enfureció y me saltó. Me mordió, hundiendo sus colmillos, en varias partes de mis piernas. Mientras yo gritaba y trataba de apartarla, sin soltar al gatito. Volvió a arremeter contra mí, me abrió varios tajos con sus garras y me tiró al suelo. En eso, afortunadamente, llegó mi esposo y con gran esfuerzo, logró sacarla fuera de la casa.

Fuimos al médico, me hicieron las curaciones, me aplicaron una inyección antitetánica, me suministraron analgésicos y antibióticos.

Todavía conservo, en la piel, las cicatrices, pero el daño sicológico fue mayor, nos quedamos con mucho miedo. (CONTINUARÁ MAÑANA)

sábado, 24 de octubre de 2009

El Reloj


A los nueve años le hice a mi madre las famosas preguntas sobre la vida y la muerte. Ella trató de eludirme, pero fui insistente. Finalmente me confesó que la vida tenía un límite, que todos moriríamos tarde o temprano, no me lo dijo así exactamente, pero para mí la respuesta tuvo las consecuencias de una bomba molotov. Muchas noches pasé casi sin poder dormir, lloré mucho y me deprimí. Creo que todos pasamos por esa experiencia traumática, para algunos más que para otros, pero nadie pudo escapar de sus efectos.

Pasaron los años y ese tema, con la correspondiente preocupación, jamás me abandonó. Siempre me preguntaba, ¿cómo se había creado el mundo y hacia dónde nos dirigíamos?... Dios, la eternidad, ¿realmente existían?

Un día, al entrar a la adolescencia, me prestaron un libro y leí algo que puso en orden muchas ideas que estaban ensortijadas en mi mente.

Decía así: “Un ateo le dijo cierta vez a William Paley que no había Dios, y desafió al rector inglés a confutar este aserto. Paley extrajo su reloj del bolsillo, abrió la tapa y mostró la maquinaria al incrédulo, al tiempo que le decía: “Si yo dijera que todos estos escapes, ruedecillas y resortes se han hecho, se han acomodado con la disposición que guardan, y se han echado a andar, todo por su propia cuenta, ¿no dudaría usted de mi inteligencia? Pues mire usted las estrellas. Todas tienen su ruta y sus movimientos perfectamente determinados. La Tierra, los planetas alrededor del Sol y todo el sistema en perfecta coordinación. Se trasladan a más de un millón de kilómetros por día, sin embargo, no hay choques, no hay desorden, no hay confusión. Todo funciona bien, todo es gobernado. ¿Es más fácil creer que todo esto se hizo solo, o que lo hizo alguien?”

Entonces lo comprendí perfectamente y decidí el rumbo que tomaría. Esa decisión me trajo mucha paz. Este no es un tema más, es EL TEMA, después de todo, la vida entera gira en torno a estas preguntas y respuestas, ¿no es así?

sábado, 17 de octubre de 2009

Pido mil disculpas a todo el mundo...



Esta semana me tocó vivir una de las vergüenzas más grandes de mi existencia. Nunca pensé que algo así podría afectarme de tal manera. Les contaré lo ocurrido.

Después de muchas peripecias, desaciertos y golpes de suerte, el seleccionado argentino de fútbol logró la clasificación para el próximo mundial de ese deporte. Jugando en un porcentaje ínfimo del nivel al que nos habíamos acostumbrado, alcanzó, a duras penas y con arbitrajes muy dudosos, el último escalón del acceso directo a Sudáfrica.

Muchos pensábamos que no lo conseguirían, es más, yo era uno de los que estaba casi seguro que estos muchachos verían el mundial por televisión desde la sala de estar de sus respectivas casas. Hasta que consiguieron el pasaje, a los empujones, sin esquemas, de rebote y, al parecer, con algunas ayuditas, porque un mundial de fútbol, sin la selección argentina, dicen que no sería correcto ni conveniente. En fin.

Pero al margen de lo deportivo, porque en este juego se puede mejorar, lo que más me dolió, chocó, molestó y, por sobre todas las cosas, me avergonzó fue la actitud del técnico, Diego Maradona. Este engreído personaje, una vez más, nos mostró que está cargado de soberbia, arrogancia, petulancia y pedantería. Que no sabe reconocer sus errores y defectos. Que no acepta consejos ni admite críticas.

Lo recuerdo a Maradona como jugador, era bueno, muy bueno, tal vez el mejor. Lamentablemente, patear a la pelota, fue lo único que hizo bien, el resto de su trayectoria como persona estuvo marcada por todo tipo de excesos. Y yo, como muchos, no puedo separar al futbolista del borracho, drogadicto y mujeriego. Yo nunca lo hubiese designado como técnico de la selección con todos los antecedentes negativos porque, al pasar a ser una persona pública y notoria, puede llegar a dejar mal, o peor, el concepto que el mundo tiene de los argentinos.

Pido disculpas al mundo entero por la prepotencia y la intemperancia que, una vez más, dejó entrever este individuo, esperando que no nos encasillen como mal educados por culpa de Maradona. Aunque se enoje su corte de aduladores obsecuentes, esta vez metió un gol en contra…

jueves, 8 de octubre de 2009

Solidaridad




Mi hermano se llama Marcelo, tiene Síndrome de Dawn y hoy, justamente, cumple treinta y seis años. Senovilla nos convocó a escribir en este día sobre la solidaridad, como único tema. Ésta me parece una buena oportunidad para que nos miremos a nosotros mismos y recapacitemos en forma concienzuda y sincera, sobre cuál es nuestra conducta para con las personas que tienen discapacidades.

¿Somos solidarios con los que necesitan de nuestra buena voluntad?, ¿promovemos y enseñamos a nuestros hijos, a que tengan esta sana actitud? Si nos quedamos al margen, o de brazos cruzados, no estamos ayudando. En la mayoría de los casos, la indiferencia causa mucho más daño que cualquier acto malvado en sí.

Interesarnos por los demás, salir de nuestra “campana de cristal esmerilado”, nos hace mejores personas, nos engrandece. El mundo necesita de gente preocupada y ocupada por el prójimo. Prójimo significa, próximo, el que está cerca. No es indispensable ir al otro extremo del mundo a prestar ayuda… a veces el que nos necesita se encuentra al lado.

La solidaridad es un acto de amor que hace bien y nos hace bien, practiquémosla e impulsemos a los demás para que también lo hagan.


sábado, 3 de octubre de 2009

Mi método

Cuando las cosas se complican haciéndose más difíciles de lo que parecían, los de por aquí utilizamos este dicho: “Habrá que buscarle la vuelta”. Es algo así como tratar de hallar la salida, o una de las salidas. Acomodar las cosas, acomodarse uno, en fin… buscarle la vuelta.

Hace unos cuantos años que me propuse bajar unos diez quilos de peso. No resultó nada sencillo. Primero intenté varias dietas sin buenos resultados, luego me compré una cinta caminadora, al principio la usé bastante seguido, pero luego la encontraba agobiante, fastidiosa y terminé vendiéndosela a una amiga. No creo en las pastillas adelgazantes, después de enterarme de la experiencia de muchas personas conocidas, creo que acaban afectando la salud física y mental de quienes las consumen.

No quería gastar dinero en dietólogos, sobre todo por una cuestión de amor propio, ¿cómo no hallaría la solución por mis propios medios? Luego de mucho meditarlo y leer consejos de médicos y sabios en la materia, encontré mi propio método. Lo puse en práctica y luego de un año, ¡bajé los diez quilos! Además mejoré la salud y la apariencia en todo sentido. Estoy decidida a continuar, ya que no me demanda grandes sacrificios.

Les cuento. Primeramente cambié el consumo de alimentos: incorporé muchas, pero muchas frutas y verduras, añadí cereales a todas las comidas. Hago siempre una cena muy liviana y por las mañanas al levantarme tomo agua tibia o jugo de ciruelas (aceleran el tránsito intestinal y mejoran notablemente la piel). Descubrí que la bicicleta fija es mucho más atractiva que el caminador, ya que te permite hacer otras cosas: ejercicios de brazos con o sin pesas y rotación media de cintura. Además la coloqué frente al televisor, por lo tanto me incentivo mirando programas que me gustan mucho, o películas. Conclusión: todos los días, indefectiblemente, completo una hora de este ejercicio y sin mucho esfuerzo.

Trato de comer muy pocos panificados y nada de grasas. Nunca paso hambre, pues me lleno con alimentos saludables, ricos en fibras y vitaminas. Tomo más agua. Mi médico dice que mejoré en todos los aspectos.

Estoy convencida de que si uno “le busca la vuelta a las cosas”, y no abandona o se desmorona ante el fracaso de los primeros intentos, siempre se puede llegar al éxito, siempre se puede conseguir un buen resultado. Las ganas hacen la diferencia. ¿Quieres cambiar algo en tu vida?, ¡comienza ya mismo!

domingo, 27 de septiembre de 2009

Criticable...


¿Les comenté alguna vez que, con mi esposo, trabajamos en radio? Hacemos programas de humor. Durante varios años asistimos a talleres de teatro, por lo tanto se nos pegó la actuación y la transportamos a lo que realizamos en la emisora. Nos juntamos con Cristian, un amigazo, y grabamos chistes, que luego pasamos en el programa. Pepe es el encargado de armarlos, les agrega efectos, música y varias cositas más.

Siempre estamos trabajando para mejorar. Lo que puedo asegurarles es algo que para nosotros es muy importante, NO COPIAMOS A NADIE. Todo lo que conseguimos, bueno, malo, mediocre o excelente es marca registrada, original, todo casero, elaboración propia.

A continuación, les presento uno de nuestros chistes teatralizados, así los llamamos. Me encantaría conocer vuestra opinión. Siéntanse libres de decir lo que piensan, no se preocupen por nosotros, ya estamos anestesiados correspondientemente. Hablando en serio, la crítica es buena y si es constructiva, ¡mucho mejor!


331 MUJER PERFECTA by user85472



sábado, 19 de septiembre de 2009

Actitud...




Muchas veces acometemos una empresa pensando que todo saldrá tal cual lo pensamos o proyectamos. No contamos con los imprevistos que, siempre y a todo momento, surgirán como obstáculos a ser vencidos y salvados en nuestra carrera a la meta. Lo importante es estar preparados tanto para lo bueno como para lo malo, que no nos sorprendan las adversidades sino que, ante su lógica aparición, sepamos como superarlas. Y en el caso de que persistan, no escatimar esfuerzos para lograr lo que nos propusimos.

La actitud y tenacidad de este hornero me mostró que nunca, pero nunca, hay que aflojar si se tiene bien en claro a dónde queremos llegar.

El lugar que eligió no es el más protegido ni el más cómodo pero fue el que su instinto le marcó y no dudó en emprender la labor de construir su nido. Puedo asegurar que le pasó de todo porque, al estar tan expuesto a las inclemencias climáticas y a la maldad y la intolerancia de los humanos, por momentos el panorama se le complicó. Hubo días en que pensé que se iría y abandonaría su obra, pero no fue así, siguió, desafiante y enérgico, edificando el lugar donde, más tarde nacerían y crecerían sus pichones.

El resultado está a la vista y, cada vez que cruzo el puente de Encarnación a Posadas, aminoro la velocidad para observarlo, siempre altivo y luchador, cuidando lo que tanto trabajo le costó conseguir.

No importan los meses que debieron transcurrir, el resultado mereció la pena.

Muchas veces la naturaleza con sus devenires nos puede enseñar a conseguir la actitud, tan necesaria para hacer frente a la vida.




sábado, 12 de septiembre de 2009

Un ciego me enseñó el camino






Siempre pienso, luego existo… y opino que no es muy bueno, ni recomendable, eso de caminar por las veredas de la ciudad, encerrados en una burbuja de yo- yo-yo. Lo más sanito y aconsejable, es mirar lo que nos rodea, a quienes pasan a nuestro lado. No estamos solos en el mundo, y por algo es así, para algo es así.

Hace tiempo que tengo esto bien claro, sin embargo, aunque me incomode reconocerlo, muchas veces me cruzo o paso cerca de alguna persona con dificultades físicas y con la excusa de “no sé bien qué hacer”, no hago nada. Espero a que otros aporten la ayuda necesaria o resuelvan el inconveniente. Siempre aparece alguien, menos mal… y me retiro con cierta molestia interior, un obstinado y persistente cargo de conciencia, la certeza de que una vez más fallé, que no cumplí.

A principio de este año, iba apurada hacia el centro comercial de la ciudad, cuando veo al otro lado de la calle un hombre ciego, esperando a que alguien le ayude a cruzar la calle. Miré hacia todos lados, ¡nadie cerca!, el corazón comenzó a latirme con fuerza, tenía miedo, sí, miedo a hacer algo incorrecto, a que me diga que así no se hacía o algo por el estilo. Me armé de coraje, crucé la calle, me puse al lado del hombre y le dije:

- -Señor, ¿necesita ayuda?

- -Sí, quiero trasponer la calle, me dijo

- -Bueno, usted dígame qué es lo que tengo que hacer, porque yo no tengo idea y no quiero molestarlo.

El hombre comenzó a reírse simpáticamente y dijo que no era tan complicado, que no me preocupara tanto. Mi labor consistiría en mantenerme a su lado hasta terminar el cruce, él haría el resto. Dicho esto, posó suavemente una mano sobre mi hombro y eso fue todo. Al final, seguía sonriendo, me agradeció y continuó solo adelante. Antes de marcharse me dijo, que lo importante era la disposición, no tanto así la actuación “perfecta”.

¡Qué liviana me sentía! , qué feliz… valió la pena salir del cascarón.

Con frecuencia sucede que cuando hacemos cosas por los demás, y dejamos por un momento de ocuparnos exclusivamente de lo propio, las soluciones, las salidas del laberinto donde nos hallamos estancados, se presentan en forma automática, mágica y sorprendente.

Esto no es algo que acabo de inventar o descubrir, las cosas vienen funcionando así hace muchísimo tiempo, creo que a Noé ya le pasaba lo mismo. Quizás muchos de nosotros lo sepamos, sólo que periódicamente lo olvidamos.



domingo, 6 de septiembre de 2009

VOCAPEOPLE

Tal vez muchos ya conozcan a este grupo vocal que canta “a capella” (sin instrumentos musicales), los VOCAPEOPLE, pero lo que con absoluta seguridad no saben es que, cada vez que busco inspiración, voy al archivo de videos y abro el de estos genios. Convengamos que son excepcionales.

La gente inspirada, inspira a otros, contagia esplendor, el tema es estar abiertos al brillo de otros… capturar “la chispa que salta del fuego”, creo que acabo de inventar esa frase y me gusta.

Les cuento que el origen de estos ocho cantantes-actores es israelí. Hubo una mente que juntó y entusiasmó al resto del equipo. El producto salta a la vista, una mezcla de buen humor y acertada selección musical para ponerle el moño a este exquisito paquete de talentos.

No son copia de nada, ni nadie, se trata de innovación pura. Por eso me gustan, porque se animaron a hacer algo diferente. Animarse. Atreverse. Manos a la obra amigos, si ellos pudieron, ¿por qué nosotros no?

Aquí está “mi video musa y estímulo”:

domingo, 30 de agosto de 2009

A veces, es necesario cambiar





Hay un viejo dicho que expresa más o menos lo siguiente: “cuanto más conozco a la gente, más quiero a mi perro”. Sabias palabras, porque la fidelidad del perro no tiene límites ni sabe de agachadas, en cambio, de los seres humanos, no sabemos a ciencia cierta hasta donde llegará su lealtad y compromiso. Este es uno de los enigmas no resueltos que tengo como asignatura pendiente.

Ayer hablábamos con Clara sobre nuestras conductas y personalidades y ella me preguntó si consideraba que yo estaba bien y no necesitaba cambiar algunos matices de mi forma de ser.

Le contesté que no estaba satisfecho con varios aspectos de la manera de llevar adelante mi vida. Ante su requisitoria, le conté que, dentro de lo que consideraba que necesitaba modificar, estaban la intolerancia y la ansiedad, entre otras particularidades.

La ansiedad por hacer todo bien, lo mejor posible, pero rápido, contra reloj, apurado. Como si estuviese compitiendo. Muchas veces quiero imprimirle velocidad a lo que estoy ejecutando sin tener bien en claro lo que haría con el tiempo que pudiese ganar.

La intolerancia es hacia determinadas personas, sobre todo cuando presiento en ellas hipocresía e impostura. Mi actitud, en esos casos, es cortante y terminante, cuando lo correcto sería hacerles notar su presunta equivocación e intentar que, en caso de existir, la corrijan. Realmente me gustaría muchísimo poder darle una segunda oportunidad a algunos amigos a los que extraño mucho y de los que me he alejado por ser como soy, un intolerante.

Lo de la ansiedad no creo que me cueste mucho modificar mis actitudes, creo poder conseguirlo si es que me propongo. Por el lado de la intolerancia, del tipo que me afecta, no será fácil porque el miedo a quemarme otra vez con la misma llama me coloca en una situación de indecisión. El temor a una nueva decepción y a un nuevo sufrimiento me ha cubierto con una coraza que será difícil de romper.

Quisiera renovar el crédito a muchas personas que, tal vez sin mala intención y sin darse cuenta, supuestamente me han fallado y no quedarme solo, acariciando a un perro. ¿Quién garantiza el éxito de la operación?

Pepe 2009.-