domingo, 22 de noviembre de 2009

Puedes hablar conmigo...





Escuchar es prestar atención a lo que se oye.

Algunas personas nacen con la valiosa aptitud de prestar real atención cuando otros le hablan. Otras, la aprenden a lo largo de la vida y también están las que nunca la practican, por falta de interés o quizás porque no terminan de descubrir la gran importancia que tiene.

Cuando voy a un lugar donde hay niños, siempre paso por la misma experiencia, al cabo de un rato, éstos buscan estar a mi lado. Lo sorprendente es que no acostumbro a hacer payasadas, ni piruetas, ni juego sus juegos, ni les hago ningún tipo de “fiesta”. Entonces, ¿por qué les encanta estar cerca de mí?, simplemente porque los escucho, porque los trato como a personas y no como a seres infradotados.

Un pequeño se acerca y me dice:

-¿Viste esa hoja?

-¿Cuál?, le respondo.

-Esa que está allá.

-Ah, sí, la veo, y ¿qué pasa con ella?

-Es rara.

-¿Te parece rara, por qué?

-Por la forma.

-Es cierto, (la tomo en mis manos), no es una hoja muy común, quizás sea de un árbol que habrán traido de otro país. Es linda, ¿no te interesa llevarla y guardarla?

-Sí, la juntaré con mis otras “cosas raras”.

Después, con el precioso objeto en la mano, se arrima a otra persona y le dice:

-¡Mira lo que encontré!

La mujer en cuestión, “ve sin mirar” la mano infantil, y dice.

-Deja de jugar con cosas sucias y ve a lavarte las manos. Tira eso.

La criatura busca mi mirada, por un momento “sufrimos la experiencia” en total empatía, y luego sonreímos. Él guarda la hoja en el bolsillo y se va a jugar con los otros amiguitos del lugar.

Luego ese muchachito, me observará con una mirada particular, como si yo lo entendiese, como si hablara su mismo idioma y tratará de volver a “conversar” conmigo.

Eso me ocurre siempre y no es algo que busque o persiga, simplemente se da.

Creo que si hacemos un poco de memoria, todos recordaremos nuestra experiencia al respecto cuando nos tocó ser niños también. Nos molestaba que nadie nos tomase en serio y eso que teníamos cosas tan importantes para decir, ¿lo recuerdan? Afortunadamente, cada tanto, aparecían personas que realmente nos daban su atención, ¡cómo lo disfrutábamos!, al fin alguien con quien “hablar de verdad”, de humano a humano.

Conservo en mi mente los rostros de esos seres, porque uno nunca los olvida.

Escuchar es un don precioso, cultivémoslo y derrochémoslo con todo el mundo, es algo hermoso e inolvidable “comunicarse de verdad” con los demás.

21 comentarios:

Cantares dijo...

Clara,sì! recuerdo algunas personas que en mi infancia escuchaban lo que les decìa y me tomaban en serio.
Hasta no hace mucho tambièn habìa a mi alrededor algunas personas que me escuchaban, a las que yo tambièn escuchaba y con las que mantenìamos conversaciones profundas, intimas, càlidas, divertidas, dolorosas...Se mudaron al cielo...
Esta semana pasè por un par de horribles experiencias en las que dos personas que deberìan escucharme con mucha atenciòn,no lo hicieron y eso me dejò desolada.
Una estaba muy ocupada, puso la cara y no escuchò nada,la otra persona escuchò lo que le pareciò, tenìa que contenerme y terminè conteniendola.
Creo que hay una postura còmoda en la que no se escucha para no comprometerse con nada.
Este post me llegò muy profudo.
Gracias! Besos

Marina Judith Landau dijo...

Qué hermoso lo que escribiste.
Creo que escuchar, comunicarse, es un arte.
Y como en todo arte, hay que poner el corazón.
Todos podemos aprender a hacerlo, nacemos con esa capacidad, aunque algunos no se hayan enterado.
Un abracito.

Clara dijo...

Cantares: me sucede con frecuencia lo mismo. Busco personas con las cuales conversar, pero en casi todos los casos, encuentro esa mirada perdida, como si estuviesen en otro lugar y guardo silencio, así no sirve.
Se extraña la compañía de los seres que "se comprometen" realmente en una conversación, ¿no es así?
Besos.

mariajesusparadela dijo...

Pues a mi me encanta escuchar. Y siempre encuentro voluntarios para ser escuchados. Y no es difícil: solamente hay que sonreir, mirar a los ojos, pedir alguna aclaración y, a veces, dar un abrazo.

Mariela Torres dijo...

¿Sabés que a mí me pasa lo mismo? No sólo con los niños, sino con las personas mayores, que eligen conversar conmigo porque las escucho de verdad. Y parece que eso es más valioso que muchas cosas.

Me gusta conversar con vos.

Besos.

Clara dijo...

Dondelohabre: es cierto, es necesario poner el corazón. Es una manera de comprometerse, que a veces puede causar sufrimiento y otras, profundo gozo.
Abrazos.



Mariajesus: me siento plenamente identificada contigo, salvo un detalle, me cuesta un poco abrirme al contacto físico con las personas... estoy tratando de cambiar esa característica.

Clara dijo...

Mariela: es uno de los mejores piropos que me han dicho: "Me gusta conversar con vos". De verdad, gracias amiga, siento lo mismo... por eso nos buscamos, ¿te diste cuenta?, porque nos escuchamos.

emilio dijo...

Lo difícil que es escuchar para algunas personas...
Aunque sea por educación, aunque no te interese para nada lo que te cuenten, escuchar siempre.
Para eso no se da cuenta uno, cuando tu hablas y la otra persona te oye pero no te escucha... da rabia y yo por lo menos se lo suelo decir.
En fin, buena semana Clara, saludos.

lidia dijo...

comprometerse...meterse con el otro, pues uno de los mayores problemas de oir es de los actores, de oir ese texto que no saben como"masticar"me ha gustado u monton!
un abrazo
lidia-la escriba
www.deloquenosehabla.blogspot.com

Daniel F. dijo...

Totalmente de acuerdo, no hay peor cosa que tratar a los niños como idiotas...Hablar de ellos en tercera persona cuando están presentes, me irrita mucho. (tengo tres).Son una esponja de conocimientos y tratandoles como bobos ayudamos a que lo sean...

Pedro dijo...

No es solamente con los niños, esa experiencia se puede repetir con los ancianos. Están deseando contarnos sus historias, sus vivencias, lo que les ocurre a diario y la mayoría de la gente les evita, porque les resultan aburridos, porque "ya no sirven"..... No se dan cuenta que esa persona mayor es la que hace muy poco les limpiaba los mocos, cuando ellos, tan "modernos e inteligentes" no sabían ni anudarse los zapatos.
Niños y ancianos, ¡hay que escucharles!
Un besote.

Reflexiones de Emibel dijo...

Qué razón tienes, Clara! La gente cada vez más va a su bola, preocupada de contar sus historias sin prestar atención al interlocutor que tiene delante.
Hablan, hablan, palabras vacías, oídos huecos....
Segun mis amigos soy una buena oyente y es cierto prefiero escuchar, que no oir, a hablar por hablar.
Aquí tienes dos oídos para cuando lo necesites.
Un beso guapa

ramoneti dijo...

Clara creo que el deber de una persona educada es escuchar cuando una persona le está hablando y además escucharla con el debido respeto,tenga la edad que tenga, cuando esto ocurre dejo de hablarle inmediatamente y no tengo relación con esa persona para nada en dónde trabajo hay una compañera que la hemos calificado de antisociable cuando le hablas ni te contesta crea un mal ambiente entre los compañeros .Un abrazo

Clara dijo...

Emilio: a veces se hace difícil o engorroso mostrarle a la otra persona, que no nos está escuchando... lo que sí acostumbro hacer, es no hablarle más, y menos de cosas importantes. No sé si es lo mejor, tal vez lo recomendable sería indicarle la falla.
Que tengas una buena semana tú también.





Lidia: gracias, me complace que te haya gustado el tema encarado, es algo que todos experimentamos y adolecemos.
Besos.

Clara dijo...

Pedro: opino lo mismo. A la gente mayor, no sólo se la debe respetar, también se la debe valorar, y una de las formas de hacerlo, es escucharles con atención. Al final de cuentas, el que escucha sale más favorecido, ¿no es así?
Besos.



Temujin: es verdad. Forma parte de la soberbia humana, eso de creer que somos los más astutos y que ya no necesitamos agregar conocimientos, ni experiencias a nuestras vidas. De esa manera, nos perdemos enseñanzas sumamente valiosas, porque hasta la misma naturaleza tiene mucho para decirnos, si aprendemos a escucharla.
Abrazos.

Clara dijo...

Emibel: gracias por el ofrecimiento. Lo mismo digo, cuenta conmigo para escucharte.



Ramoneti: también hago lo mismo, me cierro. Tal vez hable, pero sólo de cosas superficiales. Uno no puede desnudar el alma frente a personas que no darán al suceso la atención necesaria.

juan quintero dijo...

Los niños siempre tienen algo interesante para enseñarnos. Estoy totalmente de acuerdo con Pedro, los ancianos tambien quieren que les escuchemos. Recuerdo cuando mi abuela vivia, me tocaba ir a cuidarla a su casa, y podiamos pasar horas y horas hablando, siempre se desvelaba cuando platicabamos, de su vida, de la familia, de que queria ser yo de grande, en fin, se me hace un nudo en el corazon al recordar todo lo bonito que platicamos. Gracias por tan bello post. Un abrazo.

Diego Fabián dijo...

Es muy común... Los adultos tendemos a pensar en los niños como personas que siempre quieren estar jugando, y por eso tendemos a tratarlos con cierta indiferencia... Qué equivocados vivimos "los adultos"!!...

Por eso, prefiero seguir siendo "el niño" (aunque a veces necesite desesperadamente volver a ser el adulto...)

Creo que tu forma de tratar a los niños es la correcta... Jamás deberíamos tratarlos con "niñerías", y mucho menos con indiferencia...

Un abrazo, estimada amiga...

Clara dijo...

Juancho: ambos se regalaron atención. Precioso obsequio se hicieron nieto y abuela, inmaterial y eterno. A mí también se me hace un nudo en el corazón, todos vivimos esas experiencias, y todos las recordamos con una mezcla de alegría y tristeza.
Abrazos.



Fabián: basta con hacer un poco de memoria y recordaremos como nos sentíamos cuando fuimos niños. Nos dábamos perfectamente cuenta quiénes eran los que de verdad nos escuchaban y quienes no.
Me pasa lo mismo, a veces extraño esa época de mi vida, despreocupada, alegre... y rodeada de toda la gente que amaba.
Otro abrazo, un tanto melancólico.

Silvia Cristina Cuesta dijo...

Siiiiii!!! escuchar es un don precioso...es algo hermoso...se que tengo ese don...y lo cultivo..y lo siembro por todos lados....

Es bellísimo todo lo que publicas...tus palabras llegan al corazón....

Silvia Cristina

Clara dijo...

Silvia Cristina: gracias, eres muy amable. Tus palabras también están cargadas de buenos sentimientos, eso se percibe.
Besos.