sábado, 13 de junio de 2009

Limosnas


Díganme, ¿acostumbran regalar monedas a los chicos que piden limosna en los semáforos?, ¿o a los que pasan agua jabonosa semi-sucia en los parabrisas? Casualmente, ¿alguna vez se preguntaron a dónde van a parar esas monedas?
Les relataré mi experiencia. Descubrí que, en el “mejor de los casos”, esos niños que piden, lo hacen para sus padres. Estos los obligan a mendigar, los golpean y llegan a lastimarlos porque sirve para que ofrezcan un cuadro “más lamentable”, los visten con harapos para el espectáculo y luego, con lo recaudado, se emborrachan y drogan.
En otros casos, esos niños, están bajo la “protección” de adolescentes que abusan sexualmente de ellos, sean nenas o varones, entre otros malos tratos, se quedan con la mayor parte del dinero recaudado y con lo restante les compran pegamentos, para inhalar, y cerveza. El mal trato es la constante en todos los casos.
Si analizan un momento, se darán cuenta que dar limosna, de esta manera, no sólo es contraproducente sino que además, en cierta forma, seria como colaborar con la explotación de los menores y fomentar esa actividad tan lamentable.
El dinero que entregan no ayuda a esos niños: LOS CONDENA.
Los condena, repito, a seguir indefinidamente esa cadena de abusos y castigos.
Si de verdad desean ayudar, por favor no den limosnas, ayuden a los grupos, serios y organizados, que trabajan y se ocupan de rescatar y recuperar a los chicos de la calle. Allí sí ofrezcan sus colaboraciones. A eso se le llama “dar con responsabilidad”.
No fomentemos, con algunas actitudes cómodas y despreocupadas, el abuso infantil. No seamos cómplices.

20 comentarios:

Taller Literario Kapasulino dijo...

Tienes toda la razon Clara. Yo siempre doy monedas a estos chicos... pero lo hago pensando que si llegan sin nada los van a maltratar. se que con eso sigo alimentando la cadena, pero tienes toda la razon con el consejo que nos das.

ana dijo...

Sin duda hay unas mafias hasta en la mendicidad.

Ya no sabes de quién fiarte cuando te piden ayuda, hasta el sentido de la pobreza y de la necesidad se empaña con estas aptitudes.

Un besito Clara, es un placer reflexionar contigo.

Clara dijo...

Carla: es un tema complejo y no tiene fácil solución. Lo que me quedó claro es que si les damos plata, seguirán explotándolos indefinidamente.
Besos.



Ana: tienes razón en lo que dices. En mi caso, aprendí que no se trata de dar porque sí, es mejor donar a grupos que uno conoce y sabe que le darán un buen destino al dinero.
Gracias por tus palabras tan amables.

Abrujandra dijo...

Qué tema Clarita, cuando hay chicos de por medio es tan difícil. Por algo hay que empezar.
También me pasó con uno, no tenía plata y le dí el sámbuche que iba a almorzar, apenas cruzó la calle lo tiró.
En fin.

Clara dijo...

Abru: es lo que decía, se trata de una problemática que nos afecta a todos y no sólo a los sentimientos. Aquí, en esta zona, han comenzado a ponerse violentos. Se juntan y salen a saquear por las veredas, son peligrosos, porque están drogados. Es complicado defenderse de un niño, no nos prepararon para eso.
No quieren comida, quieren plata.
Es algo triste y preocupante... y no termina.

juan quintero dijo...

Fijate que hace unos meses fuimos a cenar con Karen a un lugar de antojitos salvadoreños, y antes de entrar un niño pedia monedas. Cuando salimos, el menor se habia alejado del lugar, por lo que la matrona a quien tiene que entregarle el dinero, comenzo a gritarle desde el lado opuesto de la calle, para que fuera a pedirnos dinero nuevamente. Como no logro llegar a tiempo, vi por el retrovisor como esta mujer comenzo a golpearlo y jalonearlo debido a que no habia conseguido un par de monedas. Es triste pero cierto, este tipo de situaciones se repiten a diario en nuestros paises, y lo peor es que todavia mucha gente continua fomentando de manera indirecta, los vicios de las matronas que golpean a estos niños. Un abrazo, saludos a Pepe.

Mariela Torres dijo...

Yo no le doy monedas a los chicos, prefiero darles comida y ropas a las madres que pasan por casa y que ya conozco.

Besos.

esteban lob dijo...

Hola Clara:

Comparto lo que se dijo en un comentario de más arriba. Es una circunstancia común a nuestros países, salvo matices. En todo caso, triste...muy triste.

Un beso.

Clara dijo...

Juancho: también fui testigo de escenas similares, uno queda muy mal.
Gracias por los saludos.


Mariela: claro, es distinto si se trata de gente que conoces, eso lo cambia todo. Lo poco recomendable es dar por dar, a desconocidos.

Clara dijo...

Esteban: además, va en aumento. Cada vez son más y al estar la droga implicada, se vuelven muy violentos, no le temen a nada... y son niños... que perdieron para siempre su infancia e inocencia.
Otro beso.

goloviarte dijo...

he de imaginar que hay instituciones y ong que podrían ayudar a estos niños,pero la pasividad de los padres(pues hacen negocio)hacen que los pequeños solo se dediquen a mendigar,dejando atrás los estudios,es difícil concienciar a la sociedad sobre el peligro de dar una limosna,pero también es cierto que entra en juego la falsa molestia de dar algún dinero para hacernos sentir bien,es un auto engaño
hay que luchar para que sean las organizaciones las que velen por el bienestar de los críos

Clara dijo...

Goloviarte: totalmente de acuerdo.
Me costó mucho aceptar el hecho de que existían padres tan desalmados, tan crueles... comerciar así con sus pequeños... una falta total afecto natural. La legislación al respecto tampoco ayuda, prioriza el vínculo, que no siempre es lo mejor para los menores. Los resultados están a la vista, lejos de mejorar, la situación empeora día a día.
Abrazos amigo.

José Buhardilla dijo...

Gracias Clara por buscar el entendimiento entre las personas y por visitar mis bunardillas. JB

Clara dijo...

José Buhardilla: eres muy amable, gracias por tus palabras.

Unknown dijo...

Lo que comentas, Clara, es cierto y puede ser respaldado por muchos documentales y películas. Hace poco ví la película Slumdog Millionaire, ganadora de varios Oscars en el 2008. Este filme, muestra cómo un orfanato es la fachada de una organización siniestra que emplea a los niños para lucrarse. Lo más crudo de la cinta es que esta gente se beneficia de la lástima que provocan los niños con discapacidades y llegan al punto de mutilar y hasta cegar a estas criaturas para asi ganar el triple. A pesar de que "no ser cómplice" es lo correcto, es muy difícil negarse a una carita que se acerca con la mseria encima. Debemos hacer un gran esfuerzo para no seguir colaborando a la existencia de esta cruel cadena de explotación, como tú dices. Como siempre, pones el dedo en la herida con tus entradas. Muchos saludos y gracias.

A.- dijo...

Así es y la verdad que es triste ver a esos niños así. Una vez leí un reportaje sobre una niña así. La pobre se prostituía para darle el dinero al "novio"...¡pobrecita!
Lo que yo veo es que es tan difícil solucionar un problema así...No sé si será muy idealista pensar que algún día no habrá más niños maltratados y viviendo en las calles.

Acabo de ver el mail que me mandaste de la tigresa y los cerditos ¡que bello! Me conmovió toda. ¡Me encantan todos tus mails!

Te dejo un besote!!

Clara dijo...

Andrea: también me impactó esa película. Me hizo pensar, porque a veces somos muy inocentes y no nos damos cuenta que "Hay de todo en la Viña del Señor"... existen personas que sólo piensan en hacer daño. Es muy doloroso, por ello debemos abrir más los ojos y no prestarnos al manejo de los malvados e inescrupulosos.
Besos.

Clara dijo...

A.: ¡¡sí, es hermoso lo de la tigresa!!, conmueve. Gracias.
Con respecto a los niños de la calle, creo que si todos tomamos conciencia y adoptamos una postura más crítica y responsable, contribuiremos a mejorar la situación. Por lo menos sabremos que hicimos lo correcto, aunque otros no lo hagan así.
Muchas personas actúan mal por desconocimiento.
Te deseo lo mejor Mandy, cariños.

Zeithgeist dijo...

es cierto... yo lo vivi de MUY cerca, cuando hacia lo que podia para ayudar en el proyecto luciernaga.
No hay peor salvataje para un pobre que la limosna...

Clara dijo...

Zeithgeist: ¡qué grata sorpresa tenerte por aquí!.
Así es, coincidimos totalmente.