Camino a casa, con frecuencia pasamos por un bulevar que posee una extensa y tupida arboleda. La última vez que lo hicimos, algo llamó mi atención. A veces sucede que, de acuerdo a cómo estemos de ánimo, vemos o dejamos de ver cosas. Podemos pasar mil veces por un lugar y de pronto un día, “una cortina se cae” y percibimos un detalle que siempre estuvo y sin embargo de pronto “lo descubrimos”.
Si observan las fotos, notaran que en algunas partes del tronco, éstas plantas formaron una especie de reacción allí donde antes estaba una rama que, posteriormente, fue cortada. Como si quisiera guardar memoria del hecho, va desarrollando un relieve que llega a ser bastante grueso, como una especie de cicatriz.
Inmediatamente un pensamiento fuerte ocupó mi mente, “así quedan las marcas en nuestro corazón, cuando perdemos a un ser querido”… como rastros de lo que se amaba y ya no está. Una huella, una herida cicatrizada, pero que no deja de doler.
¿Las podrán ver los cardiólogos?, tal vez no, pero están, porque uno lo sabe y lo siente.
Al evocar momentos vividos y que no se repetirán, sentimos una punzada y automáticamente, nos frotamos el lado izquierdo del pecho… esa es la señal.
Si observan las fotos, notaran que en algunas partes del tronco, éstas plantas formaron una especie de reacción allí donde antes estaba una rama que, posteriormente, fue cortada. Como si quisiera guardar memoria del hecho, va desarrollando un relieve que llega a ser bastante grueso, como una especie de cicatriz.
Inmediatamente un pensamiento fuerte ocupó mi mente, “así quedan las marcas en nuestro corazón, cuando perdemos a un ser querido”… como rastros de lo que se amaba y ya no está. Una huella, una herida cicatrizada, pero que no deja de doler.
¿Las podrán ver los cardiólogos?, tal vez no, pero están, porque uno lo sabe y lo siente.
Al evocar momentos vividos y que no se repetirán, sentimos una punzada y automáticamente, nos frotamos el lado izquierdo del pecho… esa es la señal.
11 comentarios:
Si, es cierto... Esas heridas, aunque cicatrizan, no pueden olvidarse, y a veces vuelven a doler con intensidad...
Mi forma para intentar no recordar esas cicatrices??: un cafecito caliente y un buen libro...
Un abrazo, querida Clara...
Vos sabes Clara que yo siento ese dolor intenso en el corazon, como una fuerte punzada, cuando recuerdo a mi abuela es impresionante pero real, pensar en ella y saber que ya no podre hablar ni disfrutar de su compañia me hace doler el alma...
MMMMMMMMMMMMMMM
dicen que las cicatrices dan personalidad!!!
que te hacen ver sexy....pero en el corazon no se ven o sea pos no se!!!
pero creo que como toda cicatriz se cierra sana y se cura...
todabia no tengo cicatrices en el corazon....no te puedo decir nada...
pero tengo una en la ceja derecha y parezco p´pito charrasqueado jajajajajaj
feliz fin de semana
Fabián: interesante fórmula... lo importante es que te sirva. También suelo refugiarme mucho en los libros, eso de que son una gran compañía, no es un cliché pues así se los siente, ¿no?
Desiré: es el dolor que se siente ante la ausencia de personas que causaron un gran impacto en nuestras vidas... jamás se las olvida.
P´Pito: eres un niño terrible, jaja.
Ojalá la vida no te deje tantas cicatrices... mejor que seas sexy de otra forma, con menos dolor.
¿Cómo te hiciste la de la ceja derecha?, simple curiosidad, seguro que hay "una historia" detrás de la misma, ¿es así?
Hola Clara!! me encanta tu blog. Siempre escribís, lo que quiero leer.
A las cicatrices del corazon, yo las veo como algo positivo. Si no tuvieramos ninguna, significaría que no sentimos nada, que somos como rocas, que nada nos conmueve, que nunca amamos, estrañamos, nunca nada.
Besos.
Pau
Paula y Hernán: es el precio que se debe pagar... "el de arriba", nos podría haber hecho un descuentito, ¿no?
Es cierto, el que ama, sufre. Ayer en una película, una mujer decía: "Vivimos perdiendo lo que amamos"...
Con las cicatrices del corazon lo unico que hago es respirar hondo y continuar, porque sino me invade una gran melancolia. En cuanto a cicatrices fisicas tengo cantidad en el rostro, y es que de pequeño nunca fue muy tranquilo. Tengo una en el pomulo izquierdo, me la hice jugando baseball. Tengo otra en la parte baja de la boca, me la hice cuando hacia equilibrio en el muro de la casa de mis padres y me deslice. Tengo una en la frente y otra en la cabeza, me la hice en un accidente de transito ya hace unos años. Asi que creo que ya son varias, jajaja, buena pieza que he sido.
de veras que tienes razon, esas heridas por más que pasan los años te siguen doliendo cuando te acuerdas que en tu corazon estan. Impresionante foto la del árbol, nunca habia visto eso o como dices tu...alguna cortina no me deja verlo.
Juan: jajaja, perdona, no era para reírse, pero la forma en que lo dices... ojalá ya no duelan tus cicatrices físicas. En cuanto a las otras, si te sirve lo de "respirar hondo y continuar", ¡pues bienvenido sea! Cada uno tiene su método para hacerles frente.
Lo importante es no deprimirse, porque no sólo sufrimos nosotros, sino todos los que nos rodean.
Actualmente, ¿ya no trepas más los muros, no?, jajajaja.
Nathaly: seguramente ahora que lo has visto en las fotos, cuando pases cerca de un árbol, lo notarás.
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