martes, 3 de febrero de 2009

Las palabras que decimos...


Tengo una teoría. La voy a colocar muy despacito sobre la mesa. La pueden voltear, mover, observar desde distintos ángulos, y claro, dar su opinión.
Pienso que el uso frecuente y cotidiano de las malas palabras, lleva a las personas a ponerse de mal humor.
¿En que me baso?, en la observación. Veo con frecuencia a conocidos que emplean muchas palabras soeces en las conversaciones y con gran facilidad se enojan. Como si se sintiesen amenazados por la sociedad toda, y de esta forma pusieran un freno, a lo que ellos creen, es una provocación. Golpear antes de ser golpeados… golpear con las palabras.
Cuando uno escucha a una persona decir una grosería, aunque no esté dirigida a uno mismo, se siente lastimado, atacado, entonces automáticamente se cierra y se pone a la defensiva. Pero la vida no es un ring, no necesitamos constantemente ponernos los guantes y salir al cuadrilátero. No todas las personas buscan y persiguen lastimarnos. Cuando empleamos palabras duras, aunque sean dichas en broma, causamos dolor en el que nos escucha, por más que no se note. El que las dice, también se pone mal, porque es una manera de exacerbar el estado de ánimo adverso.
Antes, cuando era adolescente decía muchas malas palabras, hasta que me di cuenta de esto que les estoy contando, entonces puse fin a esa costumbre. Les puedo asegurar que me volví más pacífica y por otro lado, conseguí acercarme más a la gente.
No sé que piensan ustedes…

14 comentarios:

Desire dijo...

Muy cirto Clara conozco personas a las que evito justamente por esa razon siempre estan diciendo aunque sea en broma cosas ofensivas y son francamente desagradables.
Un beso bello blog

ischdar dijo...

concuerdo contigo clara, yo desde que tengo uso de razon jamas he dicho palabrotas, creo que mi madre nos crio de esa forma al tener 3 mujeres, además es más feo en las mujeres que en los hombres, porque ellos es como innato que hablan entre ellos con más de una palabrota y no se sienten ofendidos.Para mi el hablar con palabrotas es ofensivo, me incomoda cuando delante mio hablan de esa manera. Debo reconocer que he conocido a personas que les sale hasta graciosas las palabrotas, pero eso es porque tampoco es costumbre en su vocabulario.

Clara dijo...

Desire: es una mala costumbre que cuesta "borrar de nuestro disco rígido". A veces las decimos sin pensar y no nos damos cuenta que causan daño. Alguien dijo: "Las palabras suaves, suavizan a la gente..."
Gracias.

Paula y Hernán dijo...

Eh!! que linda sorpresa, felicitaciones por el blog, nos veremos por aca tambien.
Bellota

Clara dijo...

Nathaly: totalmente de acuerdo. Inclusive, muchos dicen que necesitan usarlas para darle más fuerza a lo que dicen. No estoy de acuerdo con eso. Uno consigue impactar con las palabras, cuando se dice la verdad y cuando se emplean buenos argumentos, no groserías.

Clara dijo...

Paula y Herán: ¡gracias! y muchas felicitaciones a ustedes también, por el nuevo emprendimiento. Ojalá que muchos animalitos los visiten... con sus dueños, claro.

Danchaen dijo...

Eso es cierto pero también hay personas que hacen uso de esas "palabrotas" para todo lo contrario, es decir, caer bien y ser más... "populares".

Me alegro que pienses eso de mis dibujos (ya no pienso que soy un mal dibujante sin originalidad, ahora pienso que soy solo mal dibujante jajajajaj)

Clara dijo...

Daniel: jajajaja... eres muy buen dibujante, date crédito.

Milenius dijo...

yo creo que es un problema de contextos. La gente a veces se va de registro, y dice cosas sin pensar. Yo creo firmemente en que hay que saber ubicarse, no siempre una palabra fuerte está mal ni siempre, por supuesto, está bien dicha. La cuestión es cómo, a quién y dónde las decimos.
beso

Clara dijo...

Milenius: ¡qué ubicua eres, es una alegría tenerte por aquí!
Todavía estoy pensando en lo que dijiste, y estoy de acuerdo. Aclaro que no estoy en contra de las palabras fuertes, lo que me provocan rechazo son las groserías. Ahora, lo que me intriga es a qué le llamas tú palabras fuertes.
¡Gracias por visitarme!

Milenius dijo...

Una palabra fuerte puede ser cualquiera, justamente, si no nos ubicamos y decimos cualquier cosa en cualquier lugar. A veces son las comúnmente llamadas palabrotas. Otras veces es cualquier cosa que decimos sin pensar si al otro le puede doler o no.

juan quintero dijo...

Hace como un mes iba para mi casa en la carretera, al llegar a un desvio, un tipo no respeto la señal de alto y casi chocamos los vehiculos, vine yo y le pite recordandole a su progenitora, el igualmente respondio y asi unas dos veces mas, entonces me coloque a la par de su vehiculo y le grite ¡¡Pende*&%$·o!!!, y continue mi camino, cuando vi por el retrovisor, el vehiculo del tipo venia cerca del mio y comence a escuchar unos balazos, asi que acelere mi vehiculo a fondo, y no levante el pie de acelerador hasta que llegue a mi casa. Hasta el dia siguiente le comente la situacion a mi esposa,desde entonces mejor me muerdo la lengua y no me pongo a decirle soeces a los otros conductores, porque siempre encontramos a uno mas loco que uno.

Clara dijo...

Milenius. gracias por la aclaración. Ya sabes que aquí, siempre eres bienvenida.

Juan Q.: es lo que siempre le digo a mi esposo ante una situación semejante, "Puedes reclamar tus derechos, dar tu punto de vista, pero por favor, hazlo con clase, no pierdas la compostura". Si se pretende que la otra persona se de cuenta de su equivocación, lo que menos debe hacerse es decir malas palabras, porque de esa manera se cerrará y sólo atinará a defenderse, no escuchará razones.
Menos mal que lograste salir sano y salvo de esa experiencia, y lo bueno es que aprendiste una invalorable lección.
Un abrazo.

Clara dijo...

Milenius. gracias por la aclaración. Ya sabes que aquí, siempre eres bienvenida.

Juan Q.: es lo que siempre le digo a mi esposo ante una situación semejante, "Puedes reclamar tus derechos, dar tu punto de vista, pero por favor, hazlo con clase, no pierdas la compostura". Si se pretende que la otra persona se de cuenta de su equivocación, lo que menos debe hacerse es decir malas palabras, porque de esa manera se cerrará y sólo atinará a defenderse, no escuchará razones.
Menos mal que lograste salir sano y salvo de esa experiencia, y lo bueno es que aprendiste una invalorable lección.
Un abrazo.