sábado, 12 de septiembre de 2009

Un ciego me enseñó el camino






Siempre pienso, luego existo… y opino que no es muy bueno, ni recomendable, eso de caminar por las veredas de la ciudad, encerrados en una burbuja de yo- yo-yo. Lo más sanito y aconsejable, es mirar lo que nos rodea, a quienes pasan a nuestro lado. No estamos solos en el mundo, y por algo es así, para algo es así.

Hace tiempo que tengo esto bien claro, sin embargo, aunque me incomode reconocerlo, muchas veces me cruzo o paso cerca de alguna persona con dificultades físicas y con la excusa de “no sé bien qué hacer”, no hago nada. Espero a que otros aporten la ayuda necesaria o resuelvan el inconveniente. Siempre aparece alguien, menos mal… y me retiro con cierta molestia interior, un obstinado y persistente cargo de conciencia, la certeza de que una vez más fallé, que no cumplí.

A principio de este año, iba apurada hacia el centro comercial de la ciudad, cuando veo al otro lado de la calle un hombre ciego, esperando a que alguien le ayude a cruzar la calle. Miré hacia todos lados, ¡nadie cerca!, el corazón comenzó a latirme con fuerza, tenía miedo, sí, miedo a hacer algo incorrecto, a que me diga que así no se hacía o algo por el estilo. Me armé de coraje, crucé la calle, me puse al lado del hombre y le dije:

- -Señor, ¿necesita ayuda?

- -Sí, quiero trasponer la calle, me dijo

- -Bueno, usted dígame qué es lo que tengo que hacer, porque yo no tengo idea y no quiero molestarlo.

El hombre comenzó a reírse simpáticamente y dijo que no era tan complicado, que no me preocupara tanto. Mi labor consistiría en mantenerme a su lado hasta terminar el cruce, él haría el resto. Dicho esto, posó suavemente una mano sobre mi hombro y eso fue todo. Al final, seguía sonriendo, me agradeció y continuó solo adelante. Antes de marcharse me dijo, que lo importante era la disposición, no tanto así la actuación “perfecta”.

¡Qué liviana me sentía! , qué feliz… valió la pena salir del cascarón.

Con frecuencia sucede que cuando hacemos cosas por los demás, y dejamos por un momento de ocuparnos exclusivamente de lo propio, las soluciones, las salidas del laberinto donde nos hallamos estancados, se presentan en forma automática, mágica y sorprendente.

Esto no es algo que acabo de inventar o descubrir, las cosas vienen funcionando así hace muchísimo tiempo, creo que a Noé ya le pasaba lo mismo. Quizás muchos de nosotros lo sepamos, sólo que periódicamente lo olvidamos.



22 comentarios:

tia elsa dijo...

Y no viene nada mal que alguien nos lo recuerde de tanto en tanto. Besos tía Elsa.

lidia dijo...

Clara me ha costado un peru,recopilar entre tantos poemas,unos 30 para publicar un libro virtual en bubok.com,me llevo tiempo,pensmientos,idas y vueltas...comprendo perfectmente lo que me decis y lo comparto,pero mi intencion es dejar en descubierto a un poeta que no es....copia y encima distorciona lo escrito por mi...
soy muy visceral...que vmos a hacer!
grcias
lidia-la escriba
www.deloquenosehabla.blogpot.com

si queres leerlo esta en bubok.com y por lidialaescriba perenne te lleva a mi librito CANCIONESPARA PODER VIVIR Y RESISTIR
brzo y gracias

Clara dijo...

Tía Elsa: así es.
Cariños.



Lidia: ¿qué opinas de este último post?
Gracias por la dirección, veremos tus poemas. Saludos.

Marina Judith Landau dijo...

Qué lindo que está esto!! Me encanta la decoración!!!
Me encantó tu post, tu honestidad al contar cómo te sentías.
Una vez yo ayudé a una ciego a cruzar y le aclaré que me diga cómo, porque también me pasaba el temer "meter la pata" y el me dijo de qué lado ponerme y me dio el brazo para que lo lleve. Después me sentí aliviada, porque suelo ser muy torpe, pero es tal cual vos lo demostrás en tu escrito, la actitud importa más que la perfecta actuación.
Un abrazote.

Marina Judith Landau dijo...

Ah, Brunito tiene un regalito para todas las mascotas , en nuestro blog. Me gustaría que pasen a recojerlo para Gaza.
Chuik chuik chuik

esteban lob dijo...

Hola Clara:

Solucionaste estupendamente el problema. A veces por no reconocer nuestras dudas e incapacidades para actuar en determinado sentido, "metemos la pata".

Un beso.

Abilio Estefanía dijo...

Hola Clara, tristemente, algunas veces nos comportamos así, las prisas el no saver, el no darte cuenta porque vas en tus cosas y un largo etc.

Es lo que pienso, ya que no me he visto nuinca en esta situación, con lo que no se como actuaria llegado el caso, supongo que colaboraria.

Vivo en un pueblo y allí no se dan entos casos por suerte y cuando voy a la ciudad no me he visto en esta situación.

En cuanto a lo que cuentas en tu entrada, es lo mas natural del mundo, simplente hay que estar dispuesto y lo demas viene solo.

Un beso

Clara dijo...

Dondelohabredejado: me dejaste pensando, tal vez a muchos nos suceda lo mismo.
¡Ahhh, iremos a buscar el regalo de Bruno! Abrazos.



Esteban: lo que más me preocupa, es pasar por indolente o mal educada. La vergüenza, la timidez o como bien dices, el desconocimiento, muchas veces "nos juegan en contra", como decimos vulgarmente hablando.
Besos.

Clara dijo...

Abi: es verdad, hay que actuar con naturalidad. Lo afectado o ceremonioso aleja a las personas, crea una brecha. Lo natural, espontáneo y sincero, nos acerca.
Gracias por tu opinión.

mariajesusparadela dijo...

Yo creo que los ciegos se dejan ayudar con facilidad; es más problemático con la gente que va en silla de ruedas porque consideran que la silla es parte de su persona, por lo que se sientes molestos si te sujetas en ella o pones las manos fuera de las manillas. Y yo me despistos bastante con esos detalles.
En general, olvidamos a los disminuídos.

Evelyn Daihana dijo...

Hola!! Gracias por pasar por mi espacio!! Es lindo encontrar gente en mi pais!
Cariños!!!

D.F. dijo...

Clara me gusta mucho tu eslogan; dice mucho de ti. Comparto la enseñanza del texto; la mayoría de las veces es suficiente la buena voluntad y una fe firme en tus posibilidades para realizar cualquier tarea...
Un beso desde Burgos (España)...

Clara dijo...

Mariajesusparadela: todavía no se me presentó la ocasión de ayudar a una persona en silla de ruedas. Seguramente, haré lo mismo que con el invidente, le pediré instrucciones.
También me parece que en general, dejamos de lado a los discapacitados. Creo que todos debemos poner más de nosotros.
cariños.



Evelyn: ¡bienvenida a este blog!... ¿nos tejemos algo?, jaja, ojalá supiera hacerlo, ni punto cadena, con eso te digo todo.



Temujin: y pensar que perdí tanto tiempo en tontos rodeos. En fin, menos mal que nunca es demasiado tarde para aprender a ayudar y a ayudarnos.
Gracias, cariños a ti también.

Norma Ruiz dijo...

clara:
siempre hay una primera vez para todo. hasta para darnos cuenta que la mejor manera de ayudar es con la acción, luego de esa experiencia deseamos hacerlo seguido, y así indefinidamente.
me gusta visitarte, me siento cómo en casa. con mate de por medio, es infaltable en toda amistad.
besos enormes clarita.

Clara dijo...

Norma: gracias por las cosas tan lindas que decís, a mí también me hace sentir bien tu visita, ¡con mate por supuesto!, jaja.
Más besos.

Taller Literario Kapasulino dijo...

Muy interesante este post.
En determinadas ocasiones no sabemos que hacer, cuando es todo tan simple, ayudar es simple, solo hay que hacerlo.

(Ando media desparecida porque estoy estudiando)

Clara dijo...

Carla: es cierto, muchas veces, somos nosotros los que complicamos las cosas, con nuestros miedos y prejuicios.
No te preocupes, estudia tranquila.
Ojalá salgas bien en las materias, estaré haciendo fuerza.
Besos.

Abrujandra dijo...

Epa, me ausento un poco y cambiaste los muebles de lugar, pintaste todo, colgaste cuadros...está muy lindo.
Me encantó tu texto, siempre me deja pensando...que ya es mucho.
Besotes.

Clara dijo...

Abru: ¿un poco?, picarona, te estuve esperando para que me ayudaras a acomodar las cosas... de todas maneras, todavía quedó limpieza por hacer, así es que, ¡¡a ponerse los guantes!!, jajaja.

juan quintero dijo...

De repente nos pasa que creemos saberlo todo, y tu relato nos hace ver que es mejor preguntar antes de hacer algo indebido. Nunca me he encontrado con un ciego para ayudarle a cruzar la calle, pero si con un vecino que se le habia quedado su vehiculo (pick up) y le ayude a empujarlo casi por una cuadra para agarrar impulso y encenderlo en velocidad. Termine cansadisimo, ya las piernas me dolian por el esfuerzo, pero al final uno se siente bien de hacer algo bueno. Un abrazo.

Mariela Torres dijo...

Me gustó mucho, es verdad, cuando dejamos de pensar en nosotros, y pensamos un poco en los demás el bienestar de todos se multiplica.

Besos.

Clara dijo...

Juancho: me pasó lo mismo. Muchas veces salí lastimada o perdí cosas, por ayudar a otros, pero todo está "dentro del proceso de aprendizaje", a la distancia se pueden ver las cosas con más claridad.




Mariela: así es amiga, al encerrarnos en nuestros problemas y asuntos, nos vamos aislando lentamente. Cuesta romper con esa costumbre tan dañina de "mirar para otro lado".
Cariños.