domingo, 28 de marzo de 2010

Una mente cabal

 

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Debo admitir que las frases del señor Albert Einstein me encantan. Una y otra vez, sucumbo ante sus encantos. Cada vez que las repaso, les encuentro un nuevo sentido o aplicación.

Seguramente sonaré redundante, pero, ¡este hombre era un genio!

Presten atención al siguiente pensamiento: “Hay dos maneras de vivir la vida, una es no creer que existen los milagros, la otra es creer que todo es un milagro”… lo dijo así, de manera tan sencilla y clara, sin embargo podríamos debatir días enteros sobre tan profundo y extenso tema.

¿Será que las mentes más brillantes tienen una visión más simple de todas las cosas? Esto me resulta inquietante porque creo que me acerco más al otro extremo, al de enmarañar inclusive lo que se presenta como fácil u ordenado. Lo bueno y alentador es que siempre se pueden modificar las conductas dañinas o contraproducentes, hay esperanza, pero es cuestión de estar dispuestos a arriar algunas banderas, porque como bien lo dijo el notable físico “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Excelente consejo si no se quiere tropezar una y otra vez, con la misma piedra.

La que viene a continuación, es un verdadero tesoro: “En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”, ¡vaya si lo hemos comprobado estos últimos años! Nos hallamos en ejercicio constante de esta afirmación. Esto me recuerda la graciosa salida que tenía un compañero de trabajo. Cuando le preguntábamos si sabía alguna cosa importante, él contestaba que no, pero que conocía el teléfono del que sí la sabía.

Lo importante es no dejar de hacerse preguntas”, con esta por lo menos me eximo, como decíamos en el colegio. Desde que me enseñaron a no tener vergüenza de preguntar lo que ignoraba, practico la sana costumbre de investigar, indagar y curiosear, les puedo asegurar que de esta forma he aclarado muchos rincones oscuros de mi mente.

Para finalizar y como regalo de despedida,  hasta el post que viene, les dejo la siguiente, mezcla de humor negro e ironía: “Si mi teoría de la relatividad es exacta, los alemanes dirán que soy alemán y los franceses, que soy ciudadano del mundo. Pero si no, los franceses dirán que soy alemán y los alemanes que soy judío”… y fue exacta, porque él era un hombre exacto, un buen hombre.

domingo, 21 de marzo de 2010

La burbuja explotó… recursos humanos

 

Constantemente reviso y hago un repaso de las actividades que realizo, con la esperanza de encontrar errores que puedan ser subsanados o para reforzar aquellas partes que muestran cierto debilitamiento. La autocrítica es fundamental y necesaria.

Actualmente, quedarse quieto es prácticamente sinónimo de retroceder.

Pasaron ya tres meses desde que inauguramos nuestra revista digital MUCHAS GRACIAS TOTAL. Nos damos cuenta que el desafío para lograr llamar la atención e insertarse de alguna manera en el mercado, exige trabajo, esfuerzo, dedicación y también se debe contar con un espíritu aventurero e innovador.

En este como en otros órdenes de la vida, los buenos resultados no se obtienen mágicamente ni por obra y gracia del destino. Es necesario estar dispuesto y abierto a los cambios, transformaciones y poner en práctica la habilidad de saber adaptarse.

LOGO MGT

Los entendidos en la materia aconsejan mantener siempre abierto un canal de comunicación con el público. De esta manera se puede conocer la opinión de los usuarios, las inquietudes, las críticas y sugerencias. Este paquete de datos e informaciones sobre los consumidores, representa una invalorable herramienta, que si la usamos con habilidad e inteligencia nos puede reportar grandes logros.

Teniendo en claro que la opinión de los lectores es de suma importancia, quiero contar con la vuestra. Los invito cordialmente a que observen nuestra revista digital y que expresen aquí, en este blog, vuestra crítica, favorable o no. La imparcialidad es indispensable. Por lo tanto olvídense de lo mucho que me quieren (aquí es cuando comienzan a descomponerse de risa) y por favor, ahora en serio, digan lo que realmente piensan. Si creen que le falta o sobra algo, si cubre sus expectativas, en fin, lo que consideren apropiado. No teman herir susceptibilidades, estamos preparados para afrontar lo que venga. Si uno quiere crecer, debe estar dispuesto a sacrificar algunas cosas.

Desde ya, les agradezco muchísimo que entren y participen. Significará de gran ayuda, realmente. Gracias a todos.

sábado, 13 de marzo de 2010

La insoportable levedad de las cosas

 

Estaba hojeando unas revistas viejas, de los años sesenta aproximadamente. Con frecuencia me detengo a observar atentamente los avisos publicitarios, quizás porque tienen mucho que ver con la actividad que desarrollo desde siempre.

BASURA

El mensaje, claro y fuerte, que las publicidades daban al lector era el siguiente: “les ofrecemos un producto de larga vida, de gran durabilidad, lo tendrá para siempre, son eternos…” Podía tratarse tanto de muebles como así también de prendas de vestir o cosméticos, entre otras cosas. Todo era destacado por su condición imperecedera o ilimitada.

Actualmente, no necesito decirles que las cosas han cambiado rotundamente. Ya nadie se fija, ni se preocupa, ni tiene en cuenta esa cualidad en un artículo. Tal vez porque con el transcurrir de los años nos fuimos acostumbrando a que todas las cosas tengan su “vida útil”, y muy corta por cierto.

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No sé que opinarán ustedes al respecto, pero personalmente me quedo con lo de antes. Me gustaba que las cosas durasen mucho, pues no había que estar continuamente pensando en remplazarlas. Perdemos demasiado tiempo buscando reemplazar los miles de artículos que completan nuestra vida y que se van descomponiendo o inutilizándose de alguna manera. Un día le toca a uno, mañana a otro, pasado a dos más y así sucesivamente, la cadena no se agota, todo lo contrario, cada día aparece un nuevo eslabón.

Todos hablan de lo valioso del tiempo, que no hay que perderlo, que debe ser aprovechado, bla, bla, bla. Sin embargo, por otro lado, fabrican productos cada vez más endebles y frágiles. Es un contrasentido, una contradicción, una paradoja.

Tenemos que caer en aquello de que todo se debe a los intereses de las grandes empresas o corporaciones, no existe otra salida, ya que es verdad. A estos monstruos materialistas y sin alma, les importa un comino si no nos alcanza el tiempo para nada, ellos tienen como único objetivo, empujarnos a gastar, a consumir, porque eso les rinde, les aporta beneficios. Si una licuadora me dura cuarenta años y alguna mega empresa se entera, es probable que me entablen una demanda, ¡en serio!, porque me transformo automáticamente en un mal ejemplo.

De todas maneras, lo mío es una lucha desigual, no puedo enfrentarme a esta realidad y presentarle batalla, saldría perdiendo. Por eso me quejo y expreso ante ustedes este reclamo, porque es lo único que puedo hacer, ustedes queridos amigos blogueros, sabrán entenderlo.

domingo, 7 de marzo de 2010

Envejecer

CLARAMENTE - Envejecer

Recuerdo perfectamente que, cuando era pequeña, incluso ya entrando a la adolescencia, no estaba mal visto envejecer. No era pecado tener la piel arrugada, los cabellos canosos. El bastón no era considerado como un elemento que daba vergüenza utilizar.

¿En qué momento cambiaron tanto las cosas? Creo que fue algo bastante repentino, porque no me di cuenta del proceso.

No entiendo las razones por las cuales, una gran cantidad de personas se obsesionan por estirar al máximo su piel, levantarse las partes flojas, agregar esto y aquello por todas partes. Todo esto mediante cruentas y costosas intervenciones quirúrgicas que, a más de una, le cuesta la vida. Una cosa es ser coquetos y otra, muy distinta, es caer en la ridiculez total de pretender ser algo que no se es.

No estoy en contra de efectuar cambios en el cuerpo, tendientes a obtener una mejor calidad de vida. Estamos hablando de las modernas cirugías reconstructivas y reparadoras, que permiten al ser humano volver a ver, a caminar, a mover distintas partes del cuerpo, desde todo punto de vista e indiscutiblemente, éstas tienen razón de ser y son absolutamente positivas.

Todo aquello que signifique negar la edad que se tiene, no asumir los años y estar dispuesto a morir, con tal de verse mucho más joven, me parece algo enfermizo, casi patológico, poco saludable y, créanme, que no alcanzo a digerirlo.

Actualmente, y ya no es una rareza, vemos a individuos de sesenta años que, queriendo parecer de veinte, se someten a varias cirugías y gastan montañas de dinero, para, como resultado, verse transformados en verdaderos monstruos. ¿Qué dignidad hay en esto?, ¿acaso no percatan de la fea imagen que muestran, o están tan obnubilados que no se dan cuenta?

Envejecer no está mal, es la ley de la vida.

Un ser humano adulto, mayor, maduro, bien presentado, prolijo y arreglado, luciendo arrugas y todo lo que el tiempo conlleva, puede mostrar encanto, porque dicha aptitud, sale de adentro y se irradia al exterior. Es una estupidez pelear furiosamente contra el paso del tiempo, es una batalla perdida. Lo mejor es asumir la edad que uno tiene, explotar las cosas buenas que cada etapa de la vida posee y vivir con alegría cada momento que nos toca transitar.