domingo, 31 de enero de 2010

La respuesta (Parte II)





Me encanta el siguiente proverbio, “El clavo que sobresale, siempre recibe el martillazo”.

Es preferible que el público esté enojado, pero que en definitiva “esté”.

Si llamas la atención, o te haces notar de algún u otro modo, seguramente recibirás halagos y felicitaciones, pero ve sabiendo que también encontrarás “en el umbral de tu puerta”, los infaltables insultos y detracciones, porque así se dan las cosas, es parte del sistema. Es algo que no lo inventamos nosotros, los informadores, la vida funciona así. Allí lo tenemos como ejemplo al bíblico Noé, el buen hombre salió a gritar a los cuatro vientos que pronto vendría un diluvio y obtuvo todo tipo de respuestas, pasando desde las más contemplativas hasta las más perversas y amenazantes. Lo cual nos muestra la gran capacidad de respuestas que pueden tener los seres humanos.

En conclusión, estimados lectores, si les agrada lo que hacemos todos los que divulgamos hechos, gracias, son ustedes muy amables. De igual manera, si no están de acuerdo con lo expuesto, gracias también, porque “están”, y eso es lo más importante.

Gracias por estar, por no ser indiferentes.

domingo, 24 de enero de 2010

La respuesta (Parte I)

 

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Vayan sabiendo, amigos lectores, que la peor actitud que puede tener el público para con los que trabajamos en los medios de comunicación, es la indiferencia. Hagamos un pequeño análisis del tema.

Me viene a la mente la letra de una canción que dice, “Odio quiero más que indiferencia…” y tiene mucho que ver con el fondo de la cuestión que estamos tratando. Alguien que odia, critica, se enoja o reclama por algo que expusimos de alguna manera, nos está prestando atención. Eso es lo que en definitiva perseguimos los que vivimos y nos nutrimos de las noticias.

¿Recuerdan la conocida frase, “Ladran Sancho, señal que cabalgamos”? Muchos son los que la utilizan con una actitud desdeñosa, pero en realidad explica muy bien lo que sucede en el ambiente periodístico.

Si logramos captar las miradas o conseguir que nos observen, que analicen lo que decimos o discutan nuestro punto de vista, ¡labor cumplida!

Hacer pensar es nuestro “leitmotiv”. Si en el camino, nos aplauden y elogian, bienvenido sea. Como así también, si nos critican o se muestran en total desacuerdo, pues significa que de alguna forma “llegamos”, nuestro mensaje alcanzó, golpeó y caló profundo. Esto forma parte del quehacer y la dinámica que buscamos. Cualquier cosa, menos la apatía…

(continuará)

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sábado, 16 de enero de 2010

Activen las defensas…

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Los avances tecnológicos que observamos en el mundo, prácticamente nos sobrepasan, de la mayoría de ellos ni siquiera nos llegamos a enterar. Es todo tan rápido que, cuando nos estamos acostumbrando a alguna novedad, ya salieron muchas más a la luz.

Dentro de los rubros que están en constante superación, se encuentra la informática, es algo que, a todos los usuarios de la red, nos seduce y atrapa.

Desde nuestra primera máquina, con un Windows 3.1.1, pantalla en escala de grises, poco disco y escasa memoria, hasta las que poseemos ahora, han pasado 13 o 14 años. Procesadores exóticos, discos rígidos reverberantes y exageradas memorias, entre otras características, pasaron a ser tema de conversación hasta de las amas de casa, pasando por los curas, la policía, el banquero, etc.

Luego hizo su aparición Internet, loable invención que nos globalizó aún más y nos brindó la hermosa posibilidad de comunicarnos con muchísima gente. Todos los días nos sorprendemos por las nuevas y fantásticas posibilidades que nos brinda este servicio. Realmente es apasionante ver como ha favorecido al crecimiento intelectual y cultural el intercambio de información entre las personas. Hay mucha solidaridad, apoyo, sentido común, asesoramiento y otras bondades en la mayoría de quienes se conectan al mundo en forma virtual.

Pero no todo es bueno, porque entonces no sería el planeta Tierra ni sería la raza humana. Así como disfrutamos de las bondades, estamos expuestos a las acciones arteras y mal intencionadas de un grupo de malnacidos que gozan perjudicando a los demás. Estos funestos personajes son los que han diseminado la gran variedad de virus informáticos que andan dando vueltas. Son los que utilizan este benemérito medio para enrostrarnos pornografía, pederastia y todo un cúmulo de nefastas acciones.

Dicen que los mismos fabricantes de los programas antivirus son los que pagan a los hackers para que hagan el trabajo sucio, así ellos pueden vender más y mejor sus productos. Dicen que detrás de la pornografía está un insospechado sector religioso. Dicen tantas cosas y corren tantas versiones que hemos llegado a desconfiar de todo. Entre otras cosas, ya no podemos abrir con tranquilidad un correo porque puede tener no sabemos qué gusano o troyano que nos pueden infectar nuestros archivos.

Deseamos fervientemente que los dañinos recapaciten y, toda la inteligencia, ahora puesta al servicio de la maldad, la utilicen para mejorar la vida de todos, no de empeorarla…

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domingo, 10 de enero de 2010

Ser puntuales…

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Materias pendientes para el año nuevo:

La puntualidad

Si queremos tener éxito en la vida, uno de los puntos fundamentales a considerar es el de ser puntuales.

Se trata, antes que nada, de una actitud de respeto hacia los demás, de consideración por el tiempo de los otros, es una muestra de buena educación.

Los países que se superan y avanzan tienen, como características principales y sobresalientes, la organización y la escrupulosidad al momento de obedecer horarios.

Estar a tiempo, cumplir con el compromiso, asumir una responsabilidad, es mostrar a los demás que somos confiables. Esto aporta a nuestra personalidad el valioso precinto de “merecedor de confianza”. Somos capaces de ejecutar tareas y llevarlas a buen término, porque mostramos interés y madurez,  tenemos lo que hace falta, carácter, orden y eficacia.

Nadie confía en una persona impuntual, va perdiendo de a poco la confianza de todos los que la rodean. Su palabra no tiene valor, perdió garantía. Conozco personas que se desempeñan en cargos de jerarquía que, cuando citan a individuos para ocupar determinados puestos y si estos llegan minutos después de la hora señalada, los descartan automáticamente. Aunque posean un currículum vítae impecable.

¿Nos damos cuenta de lo grave que es esto? Porque ya no se trata sólo de la hora, también es un aspecto que engloba a toda la persona y le resta puntos.

Entonces, es mejor llegar antes que después.

Iniciemos cuanto antes esta transformación en nuestras vidas, aprendamos a ser exactos, precisos, diligentes, formales con los horarios propios y de los demás. Esto nos pondrá en el camino correcto, seremos respetados y tenidos en gran estima.

“La informalidad en atender una cita es un claro acto de deshonestidad. Igual puedes robar el dinero de una persona si robas su tiempo” Horace Mann(1796-1859)

domingo, 3 de enero de 2010

Razonando...



Los niñitos del jardín de infantes cantan, “Tomo el hilo, la aguja también, me coso la boca y me porto bien”. Para nuestras mentes adultas, tal vez suene un poco siniestro eso de coserse la boca, ¿no es verdad? Sin embargo, los pequeños entienden perfectamente el mensaje, “a quedarse quietitos y a guardar silencio”.

Sería maravilloso si todo fuese tan simple como en aquella etapa de nuestras vidas.

Permanecer callado. Escuchar a los que saben más y confiar en su criterio, esperando siempre obtener justicia.

Una vez que somos mayores, la cosa cambia, ya que no se puede seguir la voz de cualquiera, por más que parezca confiable, hable fuerte y ordene, o se maneje con autoridad y seguridad porque podríamos ser engañados. Los mayores mentimos con mucha frecuencia y no siempre somos honestos para con los demás, a veces ni siquiera lo somos con nosotros mismos.

La experiencia nos indica que debemos escuchar con atención, pero que allí no termina todo. Luego tendremos que ocuparnos de analizar y sopesar concienzudamente toda la información recibida, haciendo una especie de “memoria y balance”. Para eso contamos con el valioso e inestimable raciocinio y no tener que, sin más ni más, “tragarnos” todo lo que nos dicen.

La gente inteligente y pensante, analiza todo lo que escucha. Por decirlo de alguna manera, mastica bien lo que lleva a la boca, y luego, si vale la pena, “traga el bocado”, si no, lo escupe y busca un alimento más nutritivo.

Para eso somos seres pensantes…